Al paso que vamos habrá que ir haciendo inventario de los numerosos inversores interesados en la compra del Mallorca, unos más estrafalarios que otros. Paul Davidson escribió el primer capítulo de la serie, titulado ´The plumber", al que siguieron los protagonizados por el dueño de Red Bull, el recomendado de Florentino Pérez, o eso decía él, Carlos González, el mítico Martí Asensio y toda una procesión que abarca un verdadero espectro de nacionalidades, un inglés que había presidido el Aston Villa, unos mejicanos, algún que otro árabe, –una constante en todo club que se precie–, suizos y ahora dicen que norteamericanos. O parafraseaba García, el añorado, que el rumor es la antesala de la noticia... si no ha pasado antes por el recibidor del bulo y mucho menos por el cedazo del rigor, añadimos nosotros.

¿Está en venta el Mallorca? Sí, rotundamente. Como el Getafe, el Betis, el Zaragoza, el Rayo Vallecano, la Real Sociedad, el Real Valladolid, el Córdoba, o el Racing, cuyas acciones ya no se saben si son del hindú Ali Sayed o han servido de pasto a las anchoas del Cantábrico. A la vista de cómo se desarrollan los acontecimientos podemos sentirnos sumamente satisfechos de que tanto fondo de inversión se haya fijado precisamente en el Mallorca, que no es ni el más bonito, ni el más barato. ¿Será cosa de Urdangarín? De momento el único que ha concretado su venta ha sido el Málaga, donde el jeque tirará de cheque, –no confundir título con talonario aunque ambos vayan de la mano–, al menos hasta que termine las tres grandes obras que le adjudicaron en la provincia. ¿O alguien creyó que era por amor a la Costa del Sol?

¿Serra está hasta el gorro? También. Se complicó la vida y nadie se lo agradecerá, ni siquiera cuando venda o, mejor dicho, pero aún cuando lo haga, si es que lo consigue.