El viejo hospital de Son Dureta quedará reducido a 70.509 toneladas de escombros en seis meses, según el estudio de gestión de residuos del proyecto de demolición, que empezó a ejecutarse el pasado mes de marzo y se terminará en junio de 2024, con una inversión de 3,5 millones de euros.

Los trabajos han empezado por el vaciado del edificio semicircular, abriendo grandes huecos en la fachada de la zona del inmueble más cercada al bosque de Bellver, donde se acumulan los residuos apilados de forma diferenciada. 

Pero las tareas de demolición, además de al edificio semicircular, de nueve plantas, el más característico del viejo complejo hospitalario, se extenderá, a medida que avancen los trabajos, a todas las construcciones anexas: el pabellón A, de seis plantas; la antigua dirección de gerencia, de dos; los talleres, de dos; las calderas, de una planta; la lavandería, de tres plantas; el edificio de Radiología, de una altura; la central eléctrica, de una altura; el de climatización, de una altura; y la antigua cafetería. 

Como estaba previsto, se ha colocado en estas últimas semanas un cierre de dos metros de altura en todo el perímetro de las obras, al que seguirá próximamente un andamiaje para mejorar la seguridad de las tareas de demolición y proteger al vecindario del ruido y el polvo que se genere.