La masificación de embarcaciones de recreo se observa frente a playas y calas de Baleares sobre todo los fines de semana.

Quienes vigilan las aguas de Baleares encuentran a veces situaciones de peligro: “Es uno de los lugares de navegación más transitados del mundo” nos cuenta Francisco Córdoba, capitán jefe del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en el archipiélago. “En ocasiones se juntan bañistas con embarcaciones y eso puede provocar accidentes como hemos tenido en los últimos años”.

Para evitarlo, en las zonas más concurridas las balizas separan la zona de baño del área de fondeo, pero con tanto barco el paisaje desde la arena puede resultar poco natural. “Están muy cerca” se queja un bañista en una playa de Calviá. “Un poco más alejados no estaría mal” añade una mujer. Hay también quien alude a lo que llega desde algunas embarcaciones: “La cubierta la lavan, la limpian y, claro, el jabón y todo eso viene para acá”. Pueden ser los menos, pero al aumentar el número de barcos, a veces manejados por neófitos en las artes de la navegación, aumenta también la posibilidad de problemas en el litoral.