Investigadores de la Universidad Northwestern de Estados Unidos pudieron verificar en un nuevo estudio que los bebes potencian sus habilidades cognitivas al entrar en contacto con el habla humana y hasta con algunos sonidos animales. Los efectos se advierten desde los tres meses de vida y se evidencian, por ejemplo, en una mayor capacidad para reconocer, clasificar y diferenciar objetos.

Luego de los seis meses de vida, las ventajas se concretan únicamente al sentir el habla humana, confirmando la estrecha relación que existe entre el lenguaje y la cognición en el ser humano.

Según una nota de prensa, se trata de una evidencia concluyente de la presencia de mecanismos neuronales específicos que funcionan de apoyo para que los bebés puedan concretar el estrecho vínculo entre lenguaje y cognición, que es único de nuestra especie.

El lenguaje nos hace humanos

La comunicación es un fenómeno que atraviesa a todas las formas de vida, pero que en el ser humano toma otra dimensión gracias a esa fantástica «invención» que es el lenguaje.

Desde hace aproximadamente 100.000 años con un protolenguaje inicial, y concretamente en los últimos 50.000 años con el desarrollo del lenguaje propiamente dicho por parte del homo sapiens en África, todo nuestro desarrollo cultural y simbólico ha girado en torno al lenguaje y ha sido posible gracias a su impacto.

De acuerdo a la nueva investigación, publicada en la revista Developmental Science, los bebés se benefician desde los primeros meses de vida con el acercamiento al habla humana y establecen rápidamente una integración entre el lenguaje y la cognición.

Sin embargo, en un principio escuchar las vocalizaciones de primates no humanos, como en el caso de las llamadas de los lémures, también potencia velozmente la cognición infantil.

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Cercanía evolutiva

Los científicos utilizaron EEG (electroencefalografía) para efectuar mediciones de la actividad neuronal de los bebés mientras escuchaban sonidos propios del habla humana y, al mismo tiempo, las señales comunicacionales de los lémures.

Comprobaron que a partir de los tres meses y hasta los seis meses de vida, el impacto cognitivo se da por igual al entrar en contacto con ambos sistemas de comunicación.

Pero desde los seis meses en adelante, los bebés intensifican su relación con el lenguaje humano y dejan de verse influenciados por la comunicación animal. Estos hallazgos van en línea con una investigación previa del mismo grupo de científicos, publicada en la revista PLoS ONE, en la cual habían descubierto que no todos los sonidos estimulan la cognición en los bebés: los cantos de las aves no tienen ningún tipo de influencia, pero sí las llamadas de los primates.

Es probable que esto se relacione con una cercanía evolutiva: los lémures, por ejemplo, son uno de nuestros parientes más cercanos en términos evolutivos. En una primera etapa del desarrollo esa compatibilidad parece ser trascendente, para luego diluirse cuando el bebé está en condiciones de profundizar su relación con el lenguaje humano.

La organización de las redes corticales en el cerebro infantil alcanza una rapidez sorprendente, haciendo posible comenzar a procesar el habla y el lenguaje en pocos meses. Este desarrollo es vital para concretar habilidades cruciales como la capacidad de abstracción, fuertemente ligadas al lenguaje, entre otras funciones cognitivas.

Referencias

Developmental changes in auditory-evoked neural activity underlie infants’ links between language and cognition. Kali Woodruff Carr, Danielle R. Perszyk, Elizabeth S. Norton, Joel L. Voss, David Poeppel and Sandra R. Waxman. Developmental Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1111/desc.13121

Birdsong fails to support object categorization in human infants. Kali Woodruff Carr, Danielle R. Perszyk and Sandra R. Waxman. PLoS ONE (2021).DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0247430

Foto: Ana Tablas en Unsplash.