El guardia civil que salvó a tres personas en un incendio en Can Picafort: "Estaban en shock, no querían bajar"

Miguel Ángel Veiga, agente de Tráfico libre de servicio, auxilió a una familia atrapada por un incendio en un domicilio

Miguel Ángel Veiga, el guardia civil que auxilió a tres personas en Can Picafort.

Miguel Ángel Veiga, el guardia civil que auxilió a tres personas en Can Picafort. / X. P.

Xavier Peris

Xavier Peris

"Estaba en mi casa, en Can Picafort, cuando oí unos gritos pidiendo auxilio. Al acercarme vi que había un gran incendio en un piso, y que tres personas en la azotea. Había mucho humo y no podían respirar. Lo primero que intenté fue entrar en la finca, pero era imposible, así que accedí por el edificio de al lado". El relato es de Miguel Ángel Veiga, de 36 años, agente de la Guardia Civil de Tráfico que el pasado martes auxilió a una mujer y dos jóvenes atrapados por el fuego. Las víctimas tuvieron que descolgarse unos cuatro metros hasta la azotea contigua. "Con ayuda de un vecino pusimos unos colchones en el suelo y entre los dos los cogimos cuando se descolgaban". La intervención fue un éxito y las víctimas solo sufrieron una intoxicación leve por el humo que habían inhalado hasta entonces.

La azotea de la que se tuvieron que descolgar las víctimas del incendio en Can Picafort.

La azotea de la que se tuvieron que descolgar las víctimas del incendio en Can Picafort. / DM

El fuego se declaró sobre las cuatro de la tarde del martes, en un domicilio de la calle Illes Canaries de Can Picafort. Las llamas arrasaron un piso y tres de los residentes, una mujer de 45 años y sus dos hijos, de 16 y 19 años, quedaron atrapadados en la azotea. "Estaban ennegrecidos por el humo y no podían respirar", explica Miguel Ángel Veigas. El guardia civil es además socorrista y fue militar durante cinco años. Su primera reacción fue tratar de subir por la escalera de la casa incendiada en su ayuda, "pero era imposible porque el humo lo llenaba todo". Así que optó por ir a la azotea contigua. Este edificio es un piso más bajo, por lo que las víctimas tenían que descolgarse desde unos cuatro metros de altura para salir.

"Con ayuda de un vecino pusimos tres colchones para amortiguar la caída, y nosotros los sujetábamos cuando se descolgaban. El problema es que estaban en shock y no se atrevían a bajar. Les tuve que gritar para convencerles", comenta Veiga.

Finalmente todo salió bien. La mujer y los jóvenes se descolgaron y pudieron salir de la zona afectada por el incendio. Los tres tuvieron que recibir asistencia sanitaria por el humo que habían inhalado, pero estaban bien.