Liposucción mortal en Palma: «Omitieron las más elementales actuaciones que podrían haber evitado el fallecimiento»

La sentencia subraya que la tardanza en llamar al 061 «aumentó el riesgo de que muriera»

La paciente fallecida Fátima Cherkaoui. |

La paciente fallecida Fátima Cherkaoui. | / D.M.

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

«Tras la reanimación de la paciente (los médicos) omitieron las más elementales actuaciones médicas que le eran exigibles que podrían haber evitado el fallecimiento de Fátima». De esta contundente forma, la sentencia recalca las fatales consecuencias que tuvo la inacción de los facultativos después de que la paciente sufriera una parada cardiorrespiratoria durante la operación de liposucción.

La hora transcurrida desde que la paciente fuera reanimada de una parada cardiorrespiratoria hasta la llamada al 061, según subraya la resolución, «aumentó el riesgo de que esta muriera».

«El anestesista no realizó ninguna actuación médica, por mínima que fuera, para averiguar la causa de la parada», abunda. En este sentido precisa que «no controló posibles daños ni tampoco aplicó ningún tratamiento», insistió.

Cuando las asistencias sanitarias se personaron el Centro Clínico Quirúrgico Fátima estaba «inestable, en hipotermia». Tampoco el cirujano, que estuvo presente en todo momento, «hizo nada por mejorar su situación».

Cuando las asistencias sanitarias se personaron en dicha clínica encontraron a la paciente «fría, sin cubrir, pálida, con cianosis e hipotensa». Los facultativos encontraron serios problemas para poder tomarle el pulso y la tensión debido a lo bajo de esta, en torno a 6/4. En cambio delante de la víctima había un monitor con una tensión de 13/7, que no se correspondía con la suya.

Múltiples orificios

Los médicos que le intervinieron no le colocaron apósitos. Fátima presentaba «múltiples pequeños orificios en la superficie cutánea». A través de ellos salía líquido teñido de sangre. Estas heridas estaban «sin cerrar ni comprimir». De hecho no le habían colocado faja compresiva alguna.

La paciente ya presentaba una temperatura muy baja de 32,5 grados porque había permanecido desnuda en el quirófano «no habiendo sido calentada», recalcó la sentencia.