Juan Picornell: «Lamento que las víctimas de abusos sexuales hayan tardado tanto en denunciar»

El hombre que dirigió el centro de menores en el que decenas de niños fueron violados por un monitor durante años le recuerda, pero dice que nunca detectó nada raro en él

Juan Picornell, en el exterior de su casa en sa Vileta, en Palma.

Juan Picornell, en el exterior de su casa en sa Vileta, en Palma. / Manu Mielniezuk

Xavier Peris

Xavier Peris

Juan Picornell fue director del centro de menores Nazaret durante más de treinta años hasta que se jubiló, en 2002. A sus 86 años dice que tiene problemas para recordar algunas cosas, aunque después demuestra una memoria admirable en determinados asuntos. Confiesa que las denuncias de exinternos sobre las reiteradas agresiones sexuales por parte de un monitor durante los años ochenta le ha cogido por sorpresa. «Yo nunca tuve conocimiento de estos hechos, y lamento que estas personas hayan tardado tanto tiempo en denunciar, porque en su momento podríamos haber tomado medidas para evitarlo», afirma.

Han sido varios los antiguos internos de este centro de menores los que han denunciado que a lo largo de más de una década, durante los años ochenta, uno de los monitores violó de forma reiterada a decenas de niños.

Durante este tiempo, Picornell era el director. «Sí, me acuerdo de este monitor», explica. «Recuerdo que tenía una furgoneta y vivía en Son Sardina. Pero yo nunca supe nada ni sospechaba nada, aunque es verdad que estos temas no suelen salir a la luz. Por eso lamento que estas personas hayan tardado tanto en denunciar, porque de haberlo sabido en su momento, podría haber tomado medidas».

Juan Picornell trabajó en la Fundación Nazaret durante 38 años, hasta que se jubiló, en 2002. Entró en 1964, como asistente del anterior director, pero este se jubiló pocos años después y él asumió la dirección del centro. De manera que su estancia allí abarcó totalmente la década de los ochenta, cuando los denunciantes sitúan las agresiones sexuales más graves presuntamente cometidas por un monitor.

«Yo a este hombre lo recuerdo trabajando con normalidad con los niños, nunca detectamos ningún peligro en este sentido. Y lo lamento mucho, porque esto no es normal que pase», añade el exdirector del centro.

Picornell relata que en aquella época tenían un sereno que hacía funciones de vigilancia de diez a doce de la noche. A esa hora acababa su turno y se marchaba. «Yo tampoco estaba allí por las noches, y no recuerdo ahora si todos los niños se quedaban a cargo de un único monitor, no estoy seguro, pero diría que había más de uno».

Los denunciantes relatan que el presunto agresor sexual era el único adulto que se quedaba en el edificio durante las noches, y se valía de ello para llevar de madrugada a los niños a su habitación, donde los agredía sexualmente.

Picornel relata los equilibrios económicos que tenía que hacer para sacar adelante un centro que llegó a albergar más de un centenar de niños con una financiación muy escasa. «En aquella época el Tribunal de Menores nos pagaba 25 pesetas al mes por cada niño que nos enviaba, y teníamos otros muchos que no pagaban nada. En estas condiciones era muy difícil tener muchos monitores».

El exdirector del centro explica que él vivía allí, pero en un edificio separado. «Yo no iba nunca por la noche a la zona donde estaban los niños, a no ser que se produjera un altercado. Recuerdo una vez, que oí mucho follón y cuando fui me encontré a un grupo de chicos que estaban arrojando platos contra los monitores. Había algunos menores muy conflictivos. También hubo un chico que en una ocasión me quiso pegar, y luego se enfadó conmigo porque no le invité a la boda de mi hija. Allí se producían toda clase de historias».

Picornell reitera que no recuerda que nadie le comentara nada sobre estas agresiones sexuales a niños. «Yo nunca sospeché nada, y lo lamento, pido disculpas a todos por estas desgracias».

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