Agresiones sexuales

La Policía rastreará las redes sociales ante la sospecha de que grabaran la violación grupal de Valencia

La víctima asegura que vio luces de flash compatibles con el uso de un móvil mientras se producían las agresiones sexuales

Pancartas contra las violaciones durante la marcha feminista del 8M de este 2023 en las calles de Valencia.

Pancartas contra las violaciones durante la marcha feminista del 8M de este 2023 en las calles de Valencia. / FRANCISCO CALABUIG

Teresa Domínguez

Agentes del grupo de agresiones sexuales de la unidad de atención a la familia y la mujer (UFAM) de la Policía Nacional ya han comenzado a rastrear las redes sociales en busca de posibles imágenes de la violación grupal a una chica de 18 años junto a una discoteca del valenciano barrio de la Malva-rosa, de la que Levante-EMV, del Grupo Prensa Ibérica, informó en exclusiva este miércoles. Según fuentes de toda solvencia consultadas por este diario, ha sido la propia víctima quien ha puesto en alerta a la policía al advertirles de que recordaba haber visto luces "como de flash de un móvil" mientras sufría la agresión grupal.

El hecho de no haber hallado aún ese rastro en internet no significa que no se produjeran las grabaciones; solamente indica que no habrían difundido por ahora ni vídeos ni fotografías de la violación grupal. Por esa razón es fundamental que los investigadores consigan identificar a los sospechosos e intervenir sus teléfonos móviles, para que la jueza de Instrucción número 11 de València, que lleva el caso al estar de guardia en el momento en que se conocieron los hechos, pueda autorizar el volcado y análisis del contenido de esos terminales.

En todo caso, aunque se hubiese producido el borrado de las imágenes de los discos duros o la desconexión de la geolocalización, cabe recordar que los archivos eliminados son recuperables con el software policial y la ubicación ya registrada permanece en los servidores de las compañías, así que en ambos casos la anulación no hace desaparecer el rastro electrónico.

Así mismo, accederán al geoposicionamiento de los sospechosos en la franja horaria en la que se cometió el delito, uno de los indicios más sólidos para situarlos en el entorno del descampado donde se produjeron los hechos, y que se encuentra al lado de la discoteca de donde procedían tanto la chica como sus presuntos agresores y enfrente del cuartel de la Guardia Civil de la Malva-rosa.

Declaran la víctima y los testigos

De momento, los agentes de la brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional ya han comenzado a tomar declaración tanto a la víctima, como a su amiga y varios testigos parciales de los hechos, como el vigilante de seguridad a quien le pidió el móvil para llamar a su amiga o dos agentes destinados en ese cuartel.

Además, analizarán las grabaciones de las cámaras de seguridad tanto del interior y del exterior de la discoteca, como las del acuartelamiento de la Guardia Civil, que alberga el Grupo Rural de Seguridad (GRS) especializado en orden público, para reconstruir la secuencia de hechos y tratar de identificar el coche de uno de los sospechosos, en el que se fueron un grupo de cinco jóvenes. Falta por determinar si en los hechos denunciados intervinieron tres de ellos o los cinco.

Los hechos, avanzados este miércoles por Levante-EMV, se produjeron sobre las cinco y media de la madrugada del sábado pasado en el valenciano barrio de la Malva-rosa, en el citado descampado ubicado frente al cuartel de la Guardia Civil y junto a la discoteca, muy próxima a la playa y de las más conocidas y frecuentadas de la ciudad.

Acorralada por el grupo

Tal como ha publicado este diario, la víctima explicó a los agentes en su denuncia que había accedido a salir con uno de ellos, pero que una vez en el aparcamiento llegaron los otros. Luego, empezó a sentirse mal y acabó sufriendo una agresión sexual grupal, no deseada ni consentida, bajo la coacción de verse rodeada y acorralada por el grupo de jóvenes.

Según dijeron inicialmente algunos testigos, que afirmaron desconocer que la chica necesitase ayuda así que no acudieron a prestársela, vieron al grupo con globos en las manos, lo que les hizo pensar que estaban consumiendo el llamado 'gas de la risa', una droga de moda desde hace unos años en toda Europa, aunque de momento no se ha podido acreditar su uso en este caso.

Se trata de una sustancia con propiedades sedativas y analgésicas de larga tradición en el uso médico, principalmente en el ámbito odontológico, que, entre otros, produce pérdida de conciencia y problemas en el equilibrio cuando se inhala, ya que pasa directamente a los pulmones y de ahí al torrente sanguíneo.

La joven declaró haber consumido, además, alcohol y cocaína, al igual que el resto, por lo que los efectos del óxido nitroso pudieron verse potenciados por el primero, ya que ambos son depresores del sistema nervioso central.

El rastreo del coche

Al parecer, la agresión habría continuado después en el interior del vehículo de uno de los implicados, el mismo que está siendo rastreado por los investigadores, aunque de momento no se han producido detenciones.

Cuando los jóvenes se fueron en su coche, la chica pidió ayuda a un hombre, que además le prestó su teléfono móvil para llamar a la amiga con la que había salido de fiesta, una chica de su misma edad que permanecía dentro de la discoteca, ajena a los hechos que estaban sucediendo en el exterior.

A partir de ese momento, ambas llamaron a la madre de la segunda chica y las tres acudieron, alrededor de las siete de la mañana del sábado, a un hospital de la ciudad de Valencia, donde la joven fue explorada por la ginecóloga de guardia y por un forense, siguiendo el protocolo de agresiones sexuales.

Las violaciones se han duplicado

El Ministerio del Interior no diferencia en su recogida de datos estadísticos las violaciones grupales de las individuales, pero en todo caso el crecimiento de las agresiones sexuales con penetración es más que preocupante. 

De hecho, se ha duplicado el número de violaciones denunciadas en la C. Valenciana comparando cifras actuales con las de antes de la pandemia. Ese año, el confinamiento y las medidas restrictivas de la movilidad ciudadana para contener el virus ayudaron al desplome de todos los delitos, incluidos los de índole sexual, que no han dejado de crecer desde 2018.

Así, en 2022 se registraron 349 violaciones en toda la C. Valenciana, un 97,2% más que las contabilizadas en 2019, año en el que hubo 177 denuncias por este delito. El mayor incremento, de casi un 63 % se produjo en la provincia de Alicante, seguida de la de Valencia, donde el aumento fue de un 27,4%, con 154 casos de violación.

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