A la cárcel tras ser condenado dos veces por conducción temeraria en las calles de Palma

Acumula penas de más de dos años de cárcel por circular a toda velocidad por Palma, arrollar a una motorista y darse a la fuga y fugarse de la Policía

El joven, durante el primer juicio en el que fue condenado. | M.O.I.

El joven, durante el primer juicio en el que fue condenado. | M.O.I. / marcos ollés. palma

Marcos Ollés

Marcos Ollés

Un joven deberá ingresar en prisión tras ser condenado dos veces por conducir de forma temeraria al volante de un coche por las calles de Palma. En una ocasión se llevó por delante a un motorista y se fugó, y otra vez escapó a toda velocidad de la Policía en una peligrosa persecución durante la que intentó sacar de la calzada a los agentes. Evitó la cárcel tras la primera sentencia porque no tenía antecedentes, pero al haber vuelto a delinquir en pocos meses deberá cumplir los dos años y tres meses de reclusión que acumula.

Los problemas para este joven de 26 años comenzaron el 27 de octubre de 2019. A las seis de la mañana conducía un turismo BMW como si el Paseo Marítimo de Palma fuera un circuito: a todo gas y con bruscos cambios de carril. En el cruce de la avenida Argentina arrolló a un motorista que esperaba en un semáforo en rojo. La víctima sufrió graves lesiones, pero el conductor se dio a la fuga. La Policía Local consiguió dar con él y acabó acusado de tres delitos de conducción temeraria, lesiones imprudentes y abandono del lugar del accidente.

El día del juicio, en mayo de 2021, el joven llegó a un acuerdo con la Fiscalía a través de su abogado. Fue condenado a un año de prisión, que quedó en suspenso con la condición de que no cometiera más delitos en el plazo de tres años.

Sin embargo, aquella condena no le sirvió de escarmiento. Pese a que tenía el carné retirado, el 9 de enero de 2022 volvió a las andadas. A bordo del BMW 318 serie 3 y bajo los efectos del alcohol, fue detectado por agentes de la Policía Nacional que patrullaban por el Paseo Marítimo en un coche camuflado. El joven estaba parado en un semáforo en rojo dando fuertes acelerones, por lo que salía una gran cantidad de humo del tubo de escape.

Los policías le dieron el alto y encendieron las señales acústicas y luminosas de su vehículo. El joven, una vez más, decidió huir. Empezó a circular a unos 140 kilómetros por hora por el Marítimo, circulando en zigzag, saltándose todos los semáforos en rojo que encontraba en su camino y obligando al resto de conductores a frenar y apartarse para no chocar con él.

Comenzó ahí una larga y peligrosa persecución, en la que el acusado trató de sacar de la calzada dos veces al coche de los policías que iban tras él. La fuga acabó en el Coll d’en Rabassa, donde le dieron alcance. Fue sometido a una prueba de alcoholemia en la que casi cuadruplicó la tasa máxima permitida.

Esta vez la Fiscalía le acusó de delitos de conducción temeraria y bajo la influencia del alcohol, con la agravante de reincidencia, y pidió una condena de dos años de cárcel. El joven compareció ayer en un juzgado de lo penal donde, tras un nuevo pacto, acató una pena de 15 meses de prisión y otros cuatro años sin carné tras declararse autor de ambos delitos.

Esta segunda sentencia implica que el acusado ha quebrantado la condición de no volver a delinquir que se le impuso para no ser encarcelado tras la primera condena. Así, ahora deberá cumplir ambas penas, que suman dos años y tres meses de prisión.

Su encarcelamiento no es automático, ya que el asunto debe ser remitido todavía al juzgado de lo penal número 8 de Palma, que es el encargado de ejecutar las sentencias y ordenar el ingreso en la cárcel del joven para cumplir estas condenas. El procedimiento puede demorarse todavía algunas semanas o incluso meses, pero según fuentes conocedoras del caso su encarcelamiento es inevitable.