La fiscalía mantuvo ayer su petición de un año de prisión para una trabajadora de una residencia de Palma para personas con discapacidad intelectual que no atendió a uno de los usuarios durante dos noches seguidas. La acusación pública sostiene que la sospechosa, que fue despedida, no vigiló en su turno a la víctima, quien estuvo varias horas durmiendo entre sus orines.

La acusada negó en el juicio haber tenido al hombre sin atención y explicó que en su dormitorio había una cámara de vigilancia que se activaba cuando había movimiento. Explicó que tenía a 16 usuarios a su cargo y no detectó nada extraño durante aquellas noches.

El gerente del centro contó que cuando revisaron las cámaras de seguridad vieron que el paciente había pasado las dos noches mojado y que la mujer debía controlarlo cada dos horas y no lo hizo, por lo que fue despedida.