Decenas de vecinos del número 39 de la calle Polvorí, en la barriada palmesana de El Terreno, tuvieron que ser desalojados a primera hora de la mañana de ayer a causa de un violento incendio que destruyó dos pisos de la finca. Uno de los inquilinos de un piso quemado y una bombera tuvieron que recibir asistencia médica a causa de inhalación de humo y de un golpe de calor, aunque ninguno de los dos fue finalmente hospitalizado.

Los Bombers tuevieron problemas para acceder al lugar, con calles muy estrechas y coches mal aparcados, por lo que finalmente entraron por el parque de Bellver, colindante al edificio siniestrado. Cuatro dotaciones del parque central y sa Teulera trabajaron durante más de tres horas para sofocar el fuego. Finalmente todos los vecinos desalojados pudieron volver a sus casas salvo los residentes en los dos pisos quemados, que quedaron inhabitables.

El incendio se declaró sobre las ocho menos cuarto de la mañana, en un tercer piso del número 39 de la calle Polvorí, un gran edificio con un centenar de viviendas repartidas en varias escaleras. El origen estuvo en el el tercer piso de la escalera D, donde había dos inquilinos, que pudieron salir por sus propios medios. El fuego alcanzó rápidamente grandes proporciones, reventó los cristales de las ventanas y las llamas salían al exterior. De ahí se extendió a un cuarto piso de la escalera C. Las dos viviendas quedaron totalmente arrasadas. Las altas temperaturas rompieron también los cristales de las ventanas de varios pisos superiores y causaron grandes desperfectos en las coladurías de dos viviendas más, en la quinta planta.

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Incendio de una vivienda en la calle Polvorí de Palma

El primer camión de los bomberos que se dirigía al lugar quedó atascado en la calle Polvorín, una vía muy estrecha y donde había coches mal aparcados. Esta circunstancia retrasó la actuación de los equipos de extinción. Tres dotaciones más salieron del parque central y accedieron al lugar a través del Bosque de Bellver, en el lugar donde recientemente se ha instalado un gran parque infantil. Los bomberos se encontraron también con que la boca de incendios más cercana estaba inoperativa, por lo que tuvieron que conectarse a otra ubicada a doscientos metros de distancia.

Mientras tanto, decenas de vecinos salieron a la calle por sus propios medios. Otros, los dos las plantas superiores, permanecieron encerrados en el interior de sus casas ya que la escalera estaba completamente inundada por el humo y era imposible utilizarla.

Varias dotaciones de la Policía Local de Palma y de la Policía Nacional intervinieron también en el siniestro.

Uno de los inquilinos de uno de los pisos siniestrados fue atendido por la dotación de una ambulancia por inhalación de humo, mientras que una bombera que trabajaba en la extinción se sintió indispuesta, al parecer a causa de un golpe de calor. Los dos se recuperaron tras recibir asistencia médica en el lugar y no tuvieron que ser hospitalizados.

Los Bombers de Palma dieron por extinguido el fuego sobre las diez y media de la mañana, y comenzaron la ventilación del inmueble. A partir de ahí, la mayoría de los vecinos desalojados pudieron volver a sus casas.