Santino tiene dos años de edad, y a partir de ahora puede celebrar dos veces su cumpleaños. Y una será el 6 de septiembre. El pequeño se cayó el lunes por la tarde de la ventana de su domicilio, en un cuarto piso de la calle Pons y Gallarza de Palma. Los vecinos oyeron el ruido de un fuerte golpe en el patio interior y gritos del niño. Cuando acudieron a su ayuda vieron que se estaba incorporando solo. Un tendedero había amortiguado la caída y una red, colocada por un vecino para proteger su ropa, acabó de absorber el impacto. No sufrió ninguna lesión grave y ayer mismo estaba previsto que recibiera el alta en el hospital.

El milagro ocurrió sobre las ocho y media de la tarde del lunes, en un edificio ubicado en el número 82 de la calle Pons y Gallarza, cerca de la Plaza de Toros de Palma. Santino, de dos años, estaba en su domicilio, un cuarto piso, junto a varios familiares, cuando se encaramó a una ventana que da a un patio interior y se precipitó al vacío.

El impacto fue tan fuerte que el ruido sobresaltó a varios de los vecinos, que salieron alarmados al patio al oír llorar a un niño. Se encontraron al pequeño en el suelo, que intentaba incorporarse por sí solo. Apenas podían creer que hubiera caído de una ventana de su domicilio, en un cuarto piso de altura.

El niño había caído primero sobre uno de los tendederos de los pisos inferiores, que aunque cedió bajo su peso sirvió para amortiguar la caída, y finalmente fue a parar sobre una red colocada por el vecino del entresuelo para cubrir su ropa. De ahí rebotó hasta el suelo.

Cuando sus familiares se percataron de lo ocurrido se llevaron al niño a toda prisa al cercano hospital de la Cruz Roja. Desde allí, una ambulancia del 061 lo trasladó a Son Espases. Fuentes sanitarias confirmaron ayer que el pequeño no había sufrido ninguna lesión importante. «Se encuentra en observación, pero su estado es bueno», explicaron.

Una de sus familiares confirmó que les habían dicho que estaba previsto que ayer mismo por la tarde recibiera el alta médica y pudiera regresar a su casa.

Tras el accidente varias patrullas de la Policía Nacional y la Policía Local de Palma acudieron al lugar para realizar un informe sobre lo ocurrido.

Los testigos: «Oímos un golpe muy fuerte y los gritos del niño»

«Dios lo cogió con su mano, ha sido un milagro». La señora Carmen vive en el entresuelo del edificio de la calle Pons y Gallarza, y se emocionaba al contar lo ocurrido. «Estábamos en casa cuando oímos un golpe muy fuerte ¡Pum! y los gritos de un niño que lloraba. Salimos corriendo al patio y nos lo encontramos en el suelo, que intentaba levantarse solito». Manuel, el marido de Carmen, explicaba que él había colocado la red sobre el tendedero de su ropa para protegerla, porque «de vez en cuando caían cosas». No se podía imaginar que la instalación acabaría salvando la vida de su pequeño vecino. «Cuando me acerqué y vi que lloraba, me alegré. Pensé que si lloraba era buena señal, de que no le había pasado nada grave», comentaba Carmen.