La Audiencia de Palma ha condenado este jueves a once meses de cárcel a un trabajador de una gasolinera de Sencelles por haberse quedado más de 60.000 euros del cobro de suministro de carburante sin dejar constancia de la venta entre 2012 y marzo de 2014.

El acusado, de 47 años, ha reconocido los hechos ante el tribunal de la sección segunda. Se ha declarado autor de un delito de apropiación indebida. Además de los once meses de prisión, ha aceptado una multa de tres meses con una cuota diaria de tres euros y el pago de una indemnización de 60.000 euros.

Tras la conformidad alcanzada entre las partes, la sala ha condenado al hombre. El tribunal le ha suspendido la pena de cárcel por un periodo de dos años, con la condición de que abone la responsabilidad civil en un plazo de cinco meses.

Inicialmente, el sospechoso se enfrentaba a una petición de condena de la fiscalía de cinco años de prisión.

El encausado se aprovechó de que trabajaba como empleado en una gasolinera de Sencelles y de que los turnos laborales se realizaban por una sola persona para apoderarse de más de 60.000 euros durante 2012, 2013 y principios de 2014. El dinero procedía del cobro de suministros de combustible y el sospechoso no registraba las ventas.

El empleado, en el caso del gasóleo bonificado, pasaba el surtidor a modo manual, desconectaba la batería y de esta manera las ventas no quedaban registradas. Mientras, en el caso del resto de surtidores, el hombre ayudaba al cliente a colgar la manguera después de que hubiera pagado y repostado, dejándola mal colgada, con lo que no quedaba concluido el servicio y, acto seguido, provocaba un reseteo del ordenador del surtidor, así como desconexiones del sistema de alimentación de las cámaras de seguridad, por lo que no quedaban las ventas registradas en caja. Así, luego se quedaba con la recaudación y la incorporaba a su patrimonio.

Entre 2012 y marzo de 2014, se apropió de más de 60.000 euros. El día de su detención en la propia gasolinera, el acusado llevaba en el bolsillo del pantalón y dentro de su billetera 1.500 euros en billetes de cinco, diez, veinte y cincuenta euros. Según la fiscalía, este dinero procedía de parte de la recaudación de sus últimos turnos de trabajo.

En un registro voluntario realizado en su domicilio, los agentes hallaron en un sobre 4.200 euros, procedentes también de la venta de combustible de la gasolinera donde trabajaba.