Otros dos guardias civiles de Pollença imputados por no atender ni proteger debidamente a Lucía Patrascu, la mujer que fue asesinada por su marido cinco horas después de acudir al cuartel para denunciarlesesinada por su marido cinco horas después de acudir al cuartel para denunciarle el pasado 29 de mayo de 2016, afirmaron ayer en el juzgado de Inca que la víctima "siempre" estuvo protegida. Ambos prestaron declaración en calidad de investigados, como ordenó hace cuatro meses la Audiencia de Palma, cuando reabrió la causa contra los dos primeros agentes encausados. El tribunal revocó el archivo del procedimiento al considerarlo "prematuro y precipitado" y amplió la investigación a cuatro guardias.

Ayer por la mañana, los dos nuevos agentes imputados por denegación de auxilio, que ya declararon como testigos anteriormente, comparecieron ante la magistrada de Inca. Ambos destacaron que Lucía Patrascu, que se personó en el cuartel del Port de Pollença poco antes de las seis de la mañana del 29 de mayo de 2016, no estuvo desprotegida.

Los dos guardias civiles también coincidieron al indicar que no vieron a la mujer nerviosa ni asustada esa madrugada. Pese a ello, ambos reconocieron que la víctima quería denunciar a su compañero sentimental, Ioan Ciotau, por un caso de violencia de género.

Uno de los agentes investigado, que finalizaba su turno de patrulla junto con otro compañero y que se topó con Patrascu en las puertas de las dependencias policiales, se ratificó en su anterior declaración judicial como testigo. Según su versión, la mujer les contó que su marido la acosaba y la perseguía. El hombre también la amenazaba e insultaba.

El guardia civil aclaró ayer que no recibió ninguna información de que el esposo de Patrascu la hubiera seguido en esos momentos hasta el cuartel. Por ello, tanto él como su compañero no comprobaron si su marido estaba en las inmediaciones del puesto del Port de Pollença. Además, la mujer no parecía asustada ni nerviosa, según detalló.

El agente que fue abordado en un primer momento por Patrascu admitió que ella quería denunciar a su pareja por un caso de violencia de género y que por ello la hizo pasar al interior de las dependencias policiales para que el compañero de puertas le cogiera la denuncia.

Precisamente, el guardia de puertas que acababa su turno a las seis de la mañana y que no esperó a su relevo (quien se quedó dormido esa mañana) fue el otro imputado que ayer también declaró ante la jueza de Inca. Este agente explicó que él no recogió la denuncia de Lucía Patrascu porque ya se iba, ya que había acabado su turno. Según su versión, ordenó a dos guardias de una patrulla que entraban a trabajar entonces que se quedaran allí y que dieran aviso a su relevo de que una mujer estaba esperando para interponer una denuncia por violencia de género. Este segundo guardia investigado también apuntó que no vio nerviosa a Patrascu, quien se hallaba en la sala de espera y siempre estuvo protegida. El agente indicó que no supo que su marido la había seguido. Cinco horas, después su esposo la asesinó a cuchilladas en su domicilio.