Toni aún no da crédito a la brutal agresión con catanas, palos y un pitbull que sufrieron él y su hermano el pasado domingo, cuando estaban en la terraza de un bar de Son Cladera, que por poco les cuesta la vida. Él recibió dos cuchilladas en el abdomen, mientras que a su hermano le clavaron la espada japonesa en el vientre y en el tórax. “Si no me meto en medio, le habrían matado”, exclama convencido desde la habitación de Son Espases donde se recupera.

El hermano menor, de 39 años, fue el objetivo primordial de los atacantes. Una cuchillada le atravesó y le afectó el hígado, le alcanzó la vena cava. También le seccionaron el duodeno. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia para salvarle la vida. Mientras, al mayor, una puñalada le alcanzó un pulmón.

"Mi hermano llegó muy nervioso, me dijo que le perseguían cuatro o cinco coches y fuimos al bar"

Al parecer, una disputa “por motivos de tráfico” fue el móvil del brutal ataque. “Mi hermano llegó muy nervioso a mi casa y me dijo que le perseguían cuatro o cinco coches”, recuerda Toni, que prefiere evitar que su imagen sea conocida. “Cuando se iba a un lado, le seguían allí. Si se iba a otro, también iban detrás de él”, explicó.

El hermano mayor trató como buenamente pudo de sosegar a su hermano pequeño, sumido en un estado de gran nerviosismo. “Le dije que fuéramos a tomar algo y que aparcásemos el coche en la puerta para tenerlo controlado”, indicó.

Antes de llegar, vieron a algunos individuos que les despertaron las sospechas. El BMW 318 de su hermano menor no había pasado desapercibido para el grupo de perseguidores. No tardaron en hacer acto de presencia.

“Un chico salió de un cajero automático y mi hermano le pidió que no le rajara las ruedas del coche. Dijo que solo iba a comprar tabaco, pero cuando se juntó con el grupo me clavó el cuchillo”, apuntó.

"Cuando me metí, le conseguí quitar a uno un bastón y otro me dio dos cuchilladas en un costado"

Los dos hermanos se sentaron en la terraza del bar de la calle Canonge Antoni Sancho esperando que todo hubiera quedado en un susto. No fue así. Al poco tiempo apareció ante ellos un grupo armado con catanas, palos y con un perro de presa.

“Nos levantamos y se echaron encima. Fueron sobre todo a por mi hermano. Me metí a defenderlo, porque si no le habrían matado. A uno le quité el bastón, pero otro me dio dos puñaladas en el costado”, subraya. Una de ellas le alcanzó el pulmón.

En ese momento, el perro comenzó a morder el pie de su hermano. “Creo que era un American Stafford negro. El dueño del bar ayudó mucho. Consiguió que el animal soltara, le quitamos a mi hermano la zapatilla y fue cuando aflojó”, señaló.

La rápida llegada de la patrulla de la Policía Nacional y de las asistencias sanitarias propició que los dos heridos fueran atendidos con celeridad. Ambos fueron trasladados a Son Espases y el menor de los hermanos fue conducido directamente al quirófano para ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. Si su evolución sigue siendo satisfactoria, hoy podría ser subido a planta.

Mientras se recupera en la habitación del hospital de referencia de Balears, Toni no alcanza a entender la motivación de la brutal agresión que sufrieron el pasado domingo en Son Cladera. “Nunca nos había pasado nada parecido. Mi hermano y yo ni siquiera tenemos antecedentes penales”.

En cuanto se restableció mínimamente de las graves lesiones que presentaba, los investigadores del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía encargados del caso se desplazaron hasta Son Espases y le tomaron declaración a Toni en el centro sanitario. Otro tanto se espera que hagan en cuanto la víctima principal, Juan, se recupere de la intervención quirúrgica.

Toni está al tanto a través de los periódicos de la detención de los presuntos autores de la brutal agresión con arma blanca que sufrieron en Son Cladera acusados de tentativa de asesinato. Aunque reconoce que eso le alivia, es plenamente consciente de que “podrían habernos matado”.