El ciudadano ruso detenido por la Guardia Civil el miércoles por la noche en Can Picafort como presunto autor de la muerte de su mujer, una ucraniana de 39 años cuyo cadáver apareció la pasada semana en la playa de Son Bauló, hizo un rocambolesco relato de lo sucedido. Dijo que habían pactado suicidarse juntos en el mar y que una vez en el agua ella se quedó rezagada y, pese a que intentó rescatarla, se golpeó en la cabeza contra una roca.

El arrestado fue puesto ayer por la mañana a disposición del juzgado de guardia de Inca, cuya titular ordenó su ingreso en prisión por un delito de homicidio. Por la tarde, junto a los investigadores de la Guardia Civil y una comisión judicial, el ruso participó en una reconstrucción del crimen en la playa de Son Bauló y luego en la inspección que realizaron en la vivienda donde residían, en Can Picafort.

Casi una semana después del hallazgo del cadáver de una mujer asesinada sobre la arena de la playa de Son Bauló, el pasado viernes, las investigaciones cobraron impulso el miércoles. Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca y del puesto de Santa Margalida llevaban días realizando intensas gestiones para tratar de identificar a la víctima, que no llevaba encima ningún documento.

Durante esos días los investigadores recorrieron los establecimientos de Can Picafort, diversos hospitales e instituciones, en un intento de encontrar a cualquier persona que pudiera conocerla. La Guardia Civil llegó a sobrevolar la zona en helicóptero y a registrar una tienda de campaña cerca de allí donde vive un indigente.

El miércoles por la noche la Policía Local de Santa Margalida recibió una información que fue decisiva. Una vecina de Can Picafort manifestó que creía saber quién podía ser la mujer asesinada, una ciudadana ucraniana que trabajaba como traductora a la que llevaba días sin ver.

A partir de ahí los acontecimientos se precipitan. La Guardia Civil consigue confirmar la identidad de la víctima, Olha Yuriyiuna F., ucraniana de 39 años. Varias patrullas se dirigen con urgencia a su domicilio, un apartamento en la avenida Diagonal de Can Picafort. Sobre las once de la noche fue localizado y detenido su marido, el ciudadano ruso Dimitri Igorevich, de 29 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que había matado a su mujer durante un episodio de violencia doméstica.

El detenido confesó que él estuvo con la mujer cuando murió, si bien hizo un relato inverosímil. Dijo que los dos habían acordado suicidarse juntos ahogándose en el mar, por lo que se fueron a Son Bauló. Una vez en el agua, la mujer se quedó rezagada y él la perdió de vista. Cuando vio que Olha estaba en apuros, intentó salvarla, y fue entonces cuando ella se golpeó en la cabeza contra una piedra y falleció.

Esta versión no encaja con los resultados de la autopsia, que determinó que la mujer falleció asfixiada por la obstrucción de nariz y boca, probablemente con la mano, cuando estaba inconsciente después de ser golpeada con una piedra.

El detenido fue conducido ayer por la mañana a disposición del juzgado número 2 de Inca, que se encontraba de guardia. Tras tomarle declaración, la jueza decretó su ingreso en prisión provisional sin fianza como presunto autor de un delito de homicidio. Fuentes judiciales indicaron que el hombre no tenía denuncias anteriores por malos tratos.

Al mediodía, un grupo de guardias civiles, junto a una comisión judicial, acompañaron al detenido a la playa de Son Bauló, donde llevaron a cabo una reconstrucción de los hechos. Dimitri Igorevich explicó en el lugar lo que, según él, había ocurrido la noche en la que falleció su mujer.

Posteriormente la comisión judicial y los agentes condujeron al detenido al apartamento de la avenida Diagonal, donde residía la pareja. Los investigadores realizaron una detenida inspección ocular en busca de cualquier indicio que arrojara luz sobre el caso.