Los tres rumanos arrestados esta semana en Palma por presuntamente integrar una organización criminal dedicada a robar multitud de artículos de alta gama en comercios de la ciudad ingresaron ayer en prisión por orden judicial. Los sospechosos, dos hombres y una mujer de entre 21 y 23 años, están imputados de un delito continuado de hurto y de robo con violencia, ya que en ocasiones, al ser descubiertos, forcejeaban y agredían a los empleados de las tiendas para poder huir.

Los jóvenes acusados supuestamente utilizaban bolsas búnker, forradas con papel de aluminio, para apoderarse de los efectos y eludir los sistemas de alarma. Luego, el botín era enviado a Rumanía, donde era vendido en el mercado negro. La Policía Nacional desarticuló esta semana el activo grupo de ladrones y se incautó de objetos sustraídos cuyo valor supera los 12.000 euros.

Los sospechosos admitieron ayer ante el juez que habían participado en algunos robos en comercios, pero negaron formar una banda ni actuar coordinados. Según su versión, en ocasiones han hurtado ropa, perfumes o aparatos tecnológicos para poder subsistir. Uno de los detenidos explicó que sustraía efectos "para poder comer" y pagar el alquiler. Este joven señaló que trabajaba como albañil tres días a la semana. Sus compinches también alegaron estado de necesidad. La mujer imputada confesó haber robado ropa porque su padre está enfermo y necesitaba el dinero.

Los arrestados también reconocieron varios de los objetos sustraídos que les fueron intervenidos. La fiscal pidió ayer prisión para todos ellos al acusarles de decenas de hurtos en Palma. El magistrado de guardia ordenó que los tres fueran encarcelados.