Obesidad

Una pastilla al día y muy seguro: los médicos aplauden la aprobación del primer fármaco para el hígado graso

Estados Unidos da luz verde al primer medicamento (resmetirom) para el tratamiento de hígado graso en pacientes con fibrosis moderada o avanzada o hígado graso

Una mujer con obesidad.

Una mujer con obesidad. / / SHUTTERSTOCK

Nieves Salinas

Los hepatólogos españoles aplauden este lunes la aprobación, por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) del primer fármaco (resmetirom) para el tratamiento de la Esteatosis Hepática Metabólica (hígado graso) en pacientes con fibrosis moderada o avanzada, una enfermedad asintomática y silenciosa que se produce por un cúmulo excesivo de grasa en el hígado no causado por el alcohol.

Es una "magnífica noticia", afirma el presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, el Dr. Manuel Romero. El hígado graso afecta al 25% de la población mundial. Una prevalencia que irá en aumento en paralelo al crecimiento de la obesidad, la diabetes y las enfermedades inmunomediadas, que están haciendo de esta patología un problema de saud pública de primera magnitud, reseñan los expertos.

Las tres fases

La progresión del hígado graso pasa por tres etapas, detallan desde la sociedad científica: una primera cuando la grasa acumulada en el hígado supera el 5 %; la segunda, cuando esa grasa produce inflamación; y la tercera, que es cuando la inflamación produce fibrosis (cicatriz en el hígado). Es en esta última cuando el hígado puede dejar de funcionar. La administración de este fármaco debe combinarse además con una dieta adecuada (mediterránea equilibrada, apuntan los médicos) y la práctica de ejercicio físico moderado.

Los últimos estudios realizados con resmetirom han demostrado que disminuye la esteatosis -como se ha dicho, una acumulación de grasa en el hígado en personas que beben poco o nada de alcohol- y la inflamación y sobre todo mejoró la fibrosis en un 25%-30% de los pacientes.

Una pastilla al día

El medicamento añade el hepatólogo, "mejora la enfermedad hepática al regular el metabolismo lipídico y mejorar la función mitocondrial". Y es, además, muy fácil de administrar: una pastilla al día, muy seguro, eficaz, y bien tolerado en la mayoría de los estudios. "Además, reduce los niveles de colesterol, el estrés oxidativo y permite proteger del daño a la célula", especifica Romero.

El fármaco tiene "una potente capacidad para eliminar la grasa en el hígado y para mejorar la inflamación"

Para el doctor Romero el resmetirom tiene "una potente capacidad para eliminar la grasa en el hígado, para mejorar la inflamación, y para que una cuarta parte de los pacientes tengan una mejoría de la fibrosis hepática. Nos abre las puertas a nuevas opciones terapéuticas".

Epidemia silenciosa

El alcohol y la obesidad se ayudan mutuamente para causar enfermedad en el hígado. Un estudio multicéntrico e internacional, con cerca de 11.000 pacientes de España y Estados Unidos, presentado en el reciente 49 Congreso de la AEHH, celebrado en Madrid, evidencia que las personas con síndrome metabólico y obesidad tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad hepática cuando consumen diariamente cualquier cantidad de alcohol, incluso si es moderada o baja.

Explican los especialistas que todo consumo diario de alcohol, aunque sea una sola copa vino, se asocia de forma independiente con daño hepático en este tipo de pacientes. Indican que ya era conocido que tanto la disfunción metabólica como el consumo de alcohol causan enfermedad hepática esteatótica (acúmulo de grasa en el hígado). El objetivo de ese estudio ha sido evaluar de manera específica el impacto de diferentes niveles de consumo de alcohol en la prevalencia de fibrosis significativa en pacientes con hígado graso asociado a obesidad.

Alteraciones metabólicas

Con estimaciones de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), afectará al 50-70% de personas con obesidad, como mínimo en un estadio inicial. Una enfermedad que, añade esta sociedad científica, suele estar ligada a las principales alteraciones metabólicas entre las que destacan, precisamente, la obesidad y la diabetes, aunque, puede haber otras como el exceso de colesterol o la hipertensión arterial.

El hígado graso se vincula a la gran epidemia de este siglo: la obesidad. El sedentarismo y no llevar una dieta saludable influyen directamente en la posibilidad de sufrir no solo hígado graso, sino cualquier otra enfermedad hepática, alertan los médicos.