Vivienda

Comer o pagar el alquiler: la odisea de una familia que lleva 13 años a la espera de una VPO en Málaga

La familia López Díaz vive en un alquiler en la barriada de Carlinda con una mensualidad que asciende a 650 euros, luz y agua a parte

Tienen tres hijos y no llegan a final de mes

Thiago, el pequeño de tres años de edad, está diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista

La familia Díaz López, en su casa.

La familia Díaz López, en su casa. / ALEX ZEA

Isabel Cisneros

Pilar López (36) gana 300 euros al mes. Tiene tres hijos menores y su marido está de baja laboral, cobra menos de 1.000 euros. El aquiler en la barriada de Carlinda les cuesta 650 euros al mes, más agua y luz a parte. "A mí no me salen las cuentas. Es comer o pagar el alquiler. Llevamos 13 años esperando una vivienda VPO".

Pilar trabaja tres veces a la semana, dos horas cada día. "Tengo que ir hasta Alhaurín de la Torre para ir a trabajar. Me dan 50 euros para gasolina, pero tengo que añadirle porque no me llega". Realmente, tampoco puede trabajar mucho más porque tiene tres hijos y el pequeño es dependiente. A día de hoy, Thiago (3 años) está diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista. "No quiere estar con nadie que no seamos nosotros, no se comunica bien, ni establece relaciones sociales".

La vivieda digna ahoga

La madre de la familia asegura que llevan 13 años esperando una vivienda VPO. "Constantemente vamos a preguntar, pero siempre nos dicen que no hay casas disponibles y que es por sorteo. Pago 650 euros en Carlinda en un tercero sin ascensor. En la Trinidad yo he visto casas de segunda ocupación, en las que pagas 70 euros al mes. Hay muchas que están vacías. Tampoco tendría mucho sentido que me concedan una vivienda VPO y que tenga que pagar 600 euros, como le ha pasado a una amiga mía. No nos escuchan. Su única respuesta es que no somos los únicos".

Vivienda de alquiler en Carlinda.

Vivienda de alquiler en Carlinda. / ALEX ZEA

La familia Díaz López lleva un año sin pagarle el alquiler al casero, desde que Antonio (42 años) perdió su trabajo. Pertenecen al Plan Municipal de Viviendas para Familias en Riesgo de Exclusión Social (FRES) y no consiguen solución. "Es normal que el casero me reclame la cuota. Me dice que lo podría subir a 700 o alquilarlo por habitaciones, que me busque otra cosa. La verdad es que si me voy de aquí, no tengo dónde vivir. Me quedo en la calle. Que no me digan que no hay viviendas porque yo las he visto vacías con mis propios ojos".

En enero de 2023 solicitaron una ayuda para cubrir los gastos del alquiler y Pilar ha explicado a La Opinión que llamó el 26 de julio y le dijeron que iban todavía por el día 20 de enero. "La pedimos el día 23 de enero, así que todavía nos queda. Nos dicen que están saturados y que son miles de solicitudes".

Antonio Díaz (42 años) está de baja por un problema en la espalda y su pretación no alcanza los 900 euros. "Ahora me puedo quedar con los niños porque estoy así. Si estuviese trabajando, mi mujer ni si quiera podría trabajar esos tres días", afirma el padre de los niños. La hija mayor es Idaira (13 años) y la mediana, Thalía (11 años). "Las niñas ya están en edad de pedir y me duele tener que decirles que no se puede. Pero ya no se trata solo de caprichos. Necesitan ropa, zapatos, materiales para el colegio... y son tres. No hablo de cosas de lujo, sino fundamentales", expresa Pilar.

En todo momento, Antonio y Pilar se acuerdan de los que están a su lado prestándoles apoyo. "Hay amigos que saben la situación que tenemos y nos dan ropa para los niños. Este verano cada uno tiene dos pantalones. No se puede más. Tenemos que dar las gracias a INPAVI. Nos dan alimentos y mucho apoyo con los niños. Nosotros somos voluntarios para servir a los que nos sirven", cuentan a La Opinión, del grupo Prensa Ibérica.

Apoyo para Thiago

Thiago, el pequeño de la familia nació y creció hasta los dos años sin ninguna variación en las actitudes y capacidades habituales de esa edad. Al cumplir los dos años, según cuenta Pili, su madre, Thiago dejó de cantar, dejó de hablar y de seguir la mirada. "Mi niño tenía la mirada perdida. En noviembre de 2022 fui a la pediatra a contarle lo que le pasaba. Me derivó a atención temprana".

A Thiago lo vio el neurólogo y le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista. No quiere relacionarse con nadie y no se comunica. Yo no puedo estar muchas horas trabajando porque me necesita

La atención temprana atiende al desarrollo de la población infantil andaluza de 0 a 6 años, su familia y su entorno. El objetivo es prevenir posibles trastornos de desarrollo y atender a los niños y niñas que los padecen o tienen riesgo de padecerlos. "A Thiago lo vio el neurólogo y le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista. No quiere relacionarse con nadie y no se comunica. Yo no puedo estar muchas horas trabajando porque me necesita. Tenemos que ir nosotros a las terapias con él para saber cómo tratarlo", afirma Pili.

Pilar López, madre: "En la atención temprana hay unos profesionales increíbles. Tienen mucha vocación. Cuando mi niño cumpla los seis años, ¿qué pasa? Él necesita las terapias. Está mucho mejor, ya dice alguna palabra. Si cuando acabe no nos dan una subvención... no sé qué vamos a hacer". Se imaginan dentro de unos años teniendo que hacer frente a todo esto y no creen que sea posible. Antonio Díaz: "Es desesperante. Tal y como está la cosa todos sabemos que un mileurista no puede hacer frente a esos gatsos. Hemos solicitado la discapacidad de Thiago y la ayuda de dependencia. No sabemos nada, todo va muy lento".

La familia Díaz López pide ayuda para salir adelante. "Somos una familia en riesgo de exclusión social que solo necesita cosas básicas. No pedimos nada más que lo fundamental".

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