Galicia

El ruido de los balonazos de una pista deportiva de Pontevedra llega a los tribunales

Un juez desestima la demanda de una veraneante que exigía el cierre de la cancha por las molestias

El fallo propone alternativas como colocar una barrera vegetal para insonorizar

La pista deportiva denunciada, en las inmediaciones del pabellón de Panxón, en Pontevedra.

La pista deportiva denunciada, en las inmediaciones del pabellón de Panxón, en Pontevedra.

Neli Pillado

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número de 2 de Vigo ha desestimado la demanda de una vecina de Panxón (Pontevedra) contra el Concello de Nigrán, al que exigía el cierre de la pista deportiva ubicada en el entorno del pabellón por las molestias que le causa el ruido de los balonazos contra la valla metálica que la rodea. La demandante veranea en las proximidades de la cancha y recurrió a los tribunales contra el Ayuntamiento por su “inactividad” ante las numerosas denuncias que presentó a lo largo de los últimos cuatro años por el exceso de decibelios que consideraba perniciosos para la salud de su familia.

La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, rechaza el propósito de la demandante por varias razones. El juez considera que las mediciones presentadas por la afectada no ofrecen “garantías y claridad suficientes” respecto a la corrección del ruido de fondo. En este sentido, el magistrado recuerda que la pista deportiva “no tiene un uso incesante, continuo, es más, cuenta con una limitación horaria que lo prohíbe entre las 22.00 y las 9.00” y añade que su utilización es “más esporádica que la circulación rodada por el vial aledaño”, por lo que “si se tolera el nivel de ruido del tráfico rodado, no hay razón para censurar, hasta la condena a su supresión, el ruido de la instalación deportiva”.

Así, el fallo judicial califica de “desproporcionado” el propósito de la denunciante, “puesto que persigue únicamente la supresión de la pista sin contemplar otros escenarios”. En este sentido, el magistrado propone incluso soluciones. “Podría haber demandado que la condena tuviese por objeto que se adoptasen medidas tendentes o idóneas para minimizar el inevitable ruido. Se nos ocurren alternativas que pueden lograr ese objetivo, como el empleo de materiales en el cercado de la pista que contribuyan a la amortiguación de los balonazos y así a la insonorización, o la colocación de una barrera vegetal, entre la pista y la propiedad actora” .

La instalación deportiva fue construida en el verano de 2019 a petición de los vecinos para facilitar a los niños del entorno un espacio al aire libre donde practicar deporte. Concretamente, recuerda el alcalde, Juan González, un pequeño de la zona le solicitó por escrito, con un dibujo de los planos incluido, la pista. El Concello invirtió 28.000 euros en la dotación deportiva con pavimento de hormigón de 10x17 metros y cierre de acero galvanizado.

Las denuncias de la vecina arrancaron nada más abrir la cancha al público. Acudió incluso a la Agencia para la Protección da la Legalidad Urbanística (APLU) para denunciar la instalación, pero el organismo de la Xunta también desestimó las demandas porque no existen irregularidades urbanísticas. Está ubicada en una zona verde en la que está permitido cualquier equipamiento público que deje espacio libre para el esparcimiento, explica el concejal de Urbanismo, Diego García Moreira.

Tanto el alcalde como el edil aseguran que desde el gobierno municipal se ha tratado de “contribuir a compatibilizar la actividad deportiva con el descanso vecinal". De hecho, aseguran que se ha regulado el horario de utilización de la pista para evitar los ruidos en horario nocturno. García Moreira afirma incluso que se ha tensado la red metálica para minimizar el ruido de los balonazos.

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