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Angie Vallori

«Mallorca es una fuente de inspiración brutal»

Se cumple un año de ‘Moraduix’, una marca de ropa ecológica y pedagógica para bebés creada por los diseñadores Angie Vallori y Carlos Cañada para fomentar el consumo responsable de moda

Los diseñadores Angie Vallori y Carlos Cañada. | MORADUIX

Hace un año la diseñadora Angie Vallori y el historiador del arte Carlos Cañada crearon Moraduix, una marca de ropa artesana y sostenible para bebés cuya tienda se encuentra en Selva. Con sus prendas buscan «acercar a todos a su hábitat natural» de la mano de colecciones originales y adaptadas a los más pequeños, tal como explica Vallori.

¿Cuál es la filosofía que se esconde tras estas prendas?

Moraduix es un proyecto de moda sostenible que tiene un concepto muy potente, como es la educación del bebé a través de la moda para generar un motor de cambio social. Hay mucho valor en todo ello, predomina una filosofía orgánica, de kilómetro cero, basada en el producto local y la responsabilidad en la producción y también en el consumo.

¿Entonces se puede educar a través de la moda?

La moda puede ser atemporal, se puede tener una educación en el vestir y dentro de este proceso social estamos nosotros con Moraduix. Hace unos años la moda era todo lo contrario: el fast-fashion, el usar y tirar, pret a porter, que cambiaba cada temporada… En los últimos cinco años se ha visto que esto es completamente insostenible para el planeta y ahora hay todo un movimiento con intención de generar un cambio de cara a ser más responsables con el medio ambiente

¿Qué acogida ha tenido Moraduix en su primer año?

En Balears está teniendo un buenísimo recibimiento. Tenemos cinco puntos de venta en las islas y estamos entrando en la península por Valencia y ahora prevemos Barcelona y Madrid. La pandemia ha hecho abrir los ojos a mucha gente en el sentido medioambiental, a nivel de consumo hemos percibido un gran cambio y eso nos ha ayudado

¿Se está volviendo al consumo local en pleno siglo de la globalización?

Sin duda estamos volviendo a lo de antes. Nosotros trabajamos con talleres artesanales de aquí, son modistas de toda la vida que con la moda rápida habían perdido sus empleos y ahora los están recuperando. Todo lo local permite volver al origen. Volvamos al origen, y si hay que hacer algún cambio, lo hacemos desde ahí.

¿Cómo es vuestro cliente?

Es un consumidor con unos valores sociales muy altos, con gusto por la estética y muy comprometido con el medio ambiente y el producto local.

Mallorquina de nacimiento pero residente en la península durante parte de su vida. ¿La isla le inspira creativamente?

Toda la vida había renegado un poco de esa parte rural mía y ahora me he dado cuenta de que me inspiro totalmente en el campo mallorquín, en los árboles, los trabajos del campo, el paisaje o los animales. Esto es lo que he asumido con mi madurez. En mis diseños, Mallorca como fuente de inspiración es brutal.

¿Qué referencias hay en las nuevas colecciones?

Carlos, por ejemplo, que es valenciano, se inspira mucho en la Historia del Arte: el movimiento dadaísta, el land art o el arte povera (arte pobre). Todo el arte que viene del génesis o la raíz.

¿Hay que ser rico para poder acceder a la moda sostenible?

Se ha construido un mito alrededor de que la ropa sostenible es inaccesible para la mayoría. Nuestras pieza, por ejemplo, están en torno a los 35 y 40 euros. Trabajamos mucho la atemporalidad de la ropa, consumir moda de calidad que pueda durar más años. No hace falta que cambiar de armario cada temporada, porque es innecesario.

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