Lugar emblemático como pocos en la isla, la finca Son Marroig se convirtió ayer en escenario de una de las uniones más comentadas en el mundo nupcial, la colaboración de la firma Marchesa con Pronovias. La casa de alta costura neoyorquina analiza así el espíritu romántico de España para crear moda nupcial «exquisita». Con detalles característicos de Marchesa, como los corpiños tipo corsé y las faldas con volantes, los vestidos, según explicó María José Calvo, directora de la tienda de novias en Palma, se inspiran en Sevilla. Y así quedó reflejado en un desfile con la Serra de la Tramuntana como testigo en el que sonaron clásicos del flamenco para marcar el paso de unas modelos que presentaron los 25 vestidos de la colección. Marián Claver, de MC Eventplanner, ejerció de anfitriona junto a Svetlana Suchkova, retail manager de Pronovias. Tras el desfile, actuación flamenca y catering a cargo de El Jardín, Vicky Pulgarín, La Mundial y Redulce, y regalo del artista Álex Ceball, que pintó a los asistentes a acuarela.

Decenas de personas disfrutaron del desfile en Son Marroig. | M. MIELNIEZUK