Dicharacheros y sonrientes. Así estuvieron ayer los miembros de la Familia Real durante su tradicional posado veraniego, que esta vez no fue en Marivent, sino en el Palau de l'Almudaina. Después de saludar desde el coche a los adeptos que les esperaban a las puertas del edificio, entraron en el palacio y bajaron del vehículo. Vestidos, los cuatro, con ropa cómoda e informal, el Rey señalaba algunos detalles de la Almudaina para explicar a sus hijas dónde se encontraban, pues era la primera vez de la princesa Leonor y la infanta Sofía en el palacio.
Siempre desde la distancia, tanto Felipe y Letizia como Leonor y Sofía respondieron a las preguntas de la prensa, a la que después saludaron. El Rey no tuvo reparos en comentar la situación de su padre: "Está fastidiado. Tenía muchas ganas de venir. Ya sabéis lo que le gusta navegar", apuntó. Pero fueron las hijas las que acapararon más atención de los presentes. Algo tímidas, pero animadas, explicaron cómo se lo han pasado en el campamento de verano al que han asistido en Estados Unidos. Deportes como baloncesto, futbol y tenis, han sido algunas de sus actividades, a las que también se suman música y teatro. "Hemos practicado el inglés", aseguró la heredera, mientras que su padre precisaba que "ya sabían mucho".
Un poco más discreta estuvo la Reina, pero dejó ir unas modestas carcajadas cuando le preguntaron si ella, como su marido con el Aifos 500, no se animaba a navegar. Felipe respondió por ella: "¿Y a ti te gusta navegar?".
¿Estampa idílica?
Después de las fotos en el patio, el posado continuó en la terraza. Pasaban algunos minutos de las ocho de la tarde. A esa hora, el sol doraba la inmensa vista de la bahía de Palma
Pero la estampa idílica se vio empañada por las sombras que se proyectaban sobre los cuerpos de la Familia Real, dificultando así el trabajo a la prensa gráfica; y, a su vez, por la fuerza del sol que lo doraba todo, que provocó que la familia se protegiera la cara con sus manos. Como si fuera una metáfora del momento por el que pasa la monarquía: en el imaginario colectivo está presente la polémica del emérito Juan Carlos con las cintas de Corina; pero también se recuerda la "pelea" entre las reinas, el pasado abril y la entrada en prisión de Urdangarín. Pero nada de esto ha evitado que los Reyes no cumplan con su posado, aunque lo envuelvan los claroscuros.
