Ante la preocupación e incluso el "miedo" y el temor por parte de los músicos de la Simfònica -que ven peligrar el futuro de la Orquesta-, la asamblea de trabajadores de la formación musical ha convocado huelga para las dos últimas funciones de Aida, en concreto las de los días 28 y 30. En el momento de ambas funciones, los músicos realizarán sendos conciertos de protesta en la plaza Mayor de Palma. "Pedimos disculpas a José María Moreno y a Margalida Moner del Teatre Principal, lamentamos hacerle la huelga a ellos", declaró Carlos Fortea, presidente del comité de empresa de la Orquesta. "Pero es que nos estamos asustando: no tenemos el Festival de Bellver aún, no hemos cobrado y en las reuniones [ayer mantuvieron una con técnicos del Govern, del Consell y del Ayuntamiento de Palma] no nos han facilitado información, nada, ningún documento", explica Fortea, "nos dicen que la situación es muy difícil, pero que hay voluntad de salvar la Simfònica, que la quieren", añadió.

Como ya publicó este diario, la orquesta presenta un "problema presupuestario que requiere de tiempo", pero sigue sin especificarse qué medidas se van a tomar en los próximos meses, cuándo se les va a pagar la nómina pendiente -hasta ayer les deben el sueldo de mayo y el de junio aún está por ver- o qué va a ocurrir con la temporada que está por venir.

"Nos han dicho que la Orquesta Simfònica continúa, pero lo que hay que saber es en qué condiciones lo hará", se preguntan los trabajadores. El problema de la orquesta es, a juicio de su gerencia, de una magnitud tan "importante" que no se puede solucionar con unas medidas concretas. En la actualidad, el Consell adeuda 520.000 euros al Consorcio. Y, por otra parte, hay que señalar la falta de un presupuesto realista que garantice finalmente el buen funcionamiento de la formación para el resto del año.

La solución de este conflicto "requiere de la coordinación y puesta en común de muchos agentes implicados", justificaba ayer el gerente Marcelino Minaya, en referencia a la constitución del Consorcio, a lo que se debe sumar la propia plantilla de músicos y personal administrativo. Por eso se trata de un problema tan "espeso" y con tantos "matices y datos" a tener en cuenta que no se ha podido llegar a ningún acuerdo todavía. Insisten, sin embargo, en la voluntad de las instituciones de salvar la Orquesta Simfònica de Balears.

Así las cosas, en la reunión genérica mantenida ayer se "escucharon" las opiniones de todas las partes, y se manifestó "la urgencia de ponerse a trabajar en conjunto", ya que, de forma individual, afirma Minaya, cada uno de los implicados trabaja "a destajo". El gerente asegura que no hay nada cerrado, y que la opción de bajada salarial por parte de los músicos -un 7%- sigue sobre la mesa.

Por el momento, no existen fechas de próximas reuniones con las instituciones.