Miércoles noche. Chico conoce chica, chico gusta chica e Internet hace el resto. Y es que el amor no tiene fronteras, ni siquiera virtuales.

Pese a estar a miles de kilómetros de distancia, Emil no se da por vencido y permanece incansable en su obsesión: encontrar a Nuria.

Desde Suecia, este joven de 17 años ha iniciado una cruzada contra la distancia: se ha propuesto contactar con Nuria, una chica palmesana de la misma edad a la que conoció en Chatroulette, un chat internacional con videoconferencias.

La conoció el miércoles por la noche y charlaron durante más de dos horas. Conectaron al minuto, hablaron de sus sueños, de viajar por todo el globo, de encontrarse en algún trocito del mundo. Tal vez Londres o Sídney, quién sabe.

"Espero que encuentres al adecuado", fue lo último que Emil pudo decirle a Nuria. Era el final de su conversación. Se acabó, ella se fue: no hubo intensas miradas ni beso de despedida, ni cafés ni ´llámames´. Por no haber, no hubo ni intercambio de correos, algo que a Emil lo reconcome por dentro. Tal vez todo hubiese quedado en un simple y bonito recuerdo si no fuese porque él permaneció impasible ante la pantalla. No quiso que las cosas acabaran así. Y es que, desde que la conoció, no ha dejado de pensar en ella, en Lil Girl: su "pequeña chica". Ambos nacieron el mismo año, pero ella es un mes más joven. Emil ha luchado contra viento y marea para encontrar a esa joven palmesana, de quién recuerda su cabello castaño y rizado.

Tal vez todo quede en nada, tal vez ésta sea una historia más, (semi) anónima y corta. Tal vez sí, pero Emil no cesa en su empeño. Para él, esta aventura no ha terminado. De hecho, acaba de empezar.

Y por si ella lo lee, ahí va su correo electrónico: emilhoby@hotmail.com.