Luisa del Valle, la prestigiosa orfebre mallorquina conocida en todo el mundo por haber puesto en valor nuevas formas de joyas basadas en las de la antigüedad, trabajadas con las técnicas de siempre pero sin renunciar a la vanguardia, recibe a DIARIO de MALLORCA una vez clausurada su exposición, con sus últimas piezas,en la Fundació Coll Bardolet de Valldemossa. Una experiencia que define como positiva y única, también original, que la ha acercado otra vez a la gente de la isla a través de sus creaciones, tan refinadas y especiales como ella. La joyera comenta sus vacaciones en S´Estaca y no rechaza hablar de sus propietarios, Michael Douglas y Diandra, su gran amiga, a la que quiere proteger como haría una hermana mayor, elegida libremente.

—¿Qué es la originalidad?

—Original viene de origen, pero la gente piensa que ser original es poner un orinal con cuatro peces dentro en una exposición. Original es ir a los orígenes y yo siempre pico con el mismo martillo para recordar que los nuestros tienen una gran belleza. Recuerdo que, de niña, en el Museo Nacional de Arqueología, las joyas expuestas me fascinaban. El tiempo pasó y dejaron de interesarme, prefería la chatarrería, hasta que un día Joan Miró me dijo al verme siempre con unos alicates en la mano jugando con hierros que acabaría haciendo joyas. Estoy muy intrigada con esa predicción de Miró porque se ha cumplido. Hoy las joyas son mi vida.

—¿Cómo era su relación con Joan Miró?

—Era el abuelo de David, que para mí era como un hermano, no el Miró genio. Nos enseñó a mirar cosas, hablaba mucho con nosotros. Con el tiempo pienso que era una persona muy zen. Era un sabio silencioso. Cuando trabajamos juntos en 4 Gats tuvimos una relación mucho más profesional pero hasta entonces para mí era solo eso, el abuelo sabio de mi mejor amigo.

—¿Le dio algún sabio consejo?

—Sí, y lo tengo apuntado desde entonces en una libreta, para no olvidarlo nunca, ni de viejecita. Me dijo: "Luisa, tú eres una mujer muy peculiar, muy independiente, así que siempre hazte pasar por loca y la gente dirá ´pobre, está loca´ y mientras tanto podrás hacer lo que te dé la gana". Lo he seguido siempre, cada día.

—Usted ha escogido un tipo de vida muy peculiar, distinto al de sus amigas mallorquinas de toda la vida…

—O la vida te escoge. Nací muy curiosa. Soy mallorquina pero también muy asturiana. Mi padre lo era, tenía minas. Cuando voy a Asturias y veo a las mujeres campurrianas me siento, me veo como una de ellas. Recuerdo que le pregunté a mi amiga Dolores Roses por qué yo había sido tan inquieta y no me había quedado en Mallorca llevando una vida más tranquila. Me respondió que si lo hubiera hecho no sería Luisa del Valle

—¿Quién es Luisa del Valle?

—Para mí lo más importante es evolucionar, aprender. He estudiado sofismo, budismo, era católica de nacimiento pero sigo el budismo sin haber abandonado mis raíces cristianas, así lo aconseja el Dalai Lama. He entendido el budismo a través del catolicismo. Quiero ser compasiva y no olvidar nunca mi condición de humana, incluso en los fracasos.

—¿Y el amor? Los suyos han sido muy exóticos.

—Como dicen los persas el amor es solo una gran borrachera. Nos enamoramos y ya está, no sabemos por qué. Lo que pasa es que es difícil evolucionar juntos en la misma dirección. Es muy importante tener compasión pero tenemos una cultura de diente por diente y ojo por ojo. La inteligencia emocional la tenemos muy básica. Parece que estar contento está mal visto, solo valoramos el dinero pero nos hemos olvidado de la belleza. A mí me da felicidad sufrir menos y lo que más tristeza me ha dado en esta vida es que haya habido gente que no haya sabido valorar mi amistad, que hayan visto solo las partes malas de mí y no mis virtudes.

—¿La han traicionado?

—A todos nos han traicionado. Con lo que está pasando en Inglaterra se han dado cuenta de que lo que hay que dar es educación y no solo dinero. Tener que llegar hasta aquí para que el primer ministro Cameron se dé cuenta y lo reconozca públicamente es una barbaridad. No sabemos pensar, la única educación que nos interesa es la del dinero. Hemos creado varias generaciones de gente que no tiene nada que perder.

—Usted conoce bien aquello de que el dinero no da la felicidad.

—Conozco a gente que disfruta de su dinero de manera muy sana. El dinero no da una filosofía de vida pero es que tampoco la tenemos en la sociedad en la que vivimos actualmente.

—¿Cómo está viviendo el conflicto entre Michael Douglas y Diandra? Los dos son dos grandes amigos suyos.

—No me gusta hablar mucho de este tema. Les quiero demasiado a ambos, pero mi relación con Diandra es de hermana. Lo único que sé es que nunca hay que tomar partido por uno u otro porque tienen o saben cosas que nadie sabemos, aunque las intuyamos. Las circunstancias, lo que han vivido y viven, todo es muy complicado y difícil. Solo deseo lo mejor para los míos. Si uno está mal llamo, no tomo partido.

—¿Diandra es la más débil en esta guerra que parece inacabable?

—Diandra es mi hermana pequeña y la protejo, pero no es débil. Es dura. Con todo lo que le ha pasado ha sido capaz de salir adelante. Tener un hijo en la situación en la que está Cameron para una madre es terrible, para cualquier tipo madre. Es injusto como algunos la han atacado y tomado partido. El tiempo lo pondrá todo en su sitio, nos enseñará. Estamos aquí solo de paso. Por eso yo vivo en mi tribu, en mi planeta Luisa, en mi taller, para tener armonía.

—¿Cómo es su verano en S´Estaca?

—Ya hace más de veinte años que paso mis veranos en Valldemossa. Mi verano es peculiar. Con Diandra recordamos cuando decorábamos juntas S´Estaca. Las dos tenemos una relación muy emocional con la casa. De alguna manera dentro están parte de mis recuerdos, es un lugar muy especial. Recuerdo cuando subíamos juntas las lámparas, un espectáculo. Soy además una fan de Valledemossa, de sus conciertos, de Rosa Capllonch. Observo cómo han ido evolucionando nuestras vidas a partir de este lugar y me emociono. Somos, las dos, Diandra y yo, muy románticas con Mallorca.

—Debió ser una gran experiencia participar en la decoración de S´Estaca, tan emblemática.

—Sí, para mí era como una expedición. Lo vivimos intensamente y con una gran complicidad. Me encanta tener complicidad con mis amigos. Íbamos cargadas todo el día, buscando maravillas, desplazándonos a sitios increíbles para encontrar lo deseado, tesoros. Fue increíble, verdaderamente. Mi hijo llegó a S´Estaca con cuatro días. Es tanto lo que me une a ella.

—Ahora los utiliza también Catherine Z. Jones ¿Es verdad que cambia la decoración cuando viene?

—No es verdad. Son gente civilizada. Diandra hizo la casa con mucho cariño y con mucha ilusión. Le hacía mucha ilusión tener casa aquí. Fue la que trajo a su marido a Mallorca, si no él no habría venido.