Ben Sidran nació en Wisconsin, la figura de su padre polaco la tiene cosida a la piel. "Era un urbanista", dijo ayer. Pianista de jazz ha hecho de este lenguaje un instrumento que le ha conducido a entablar conversaciones con algunos de los grandes. De ellas habló ayer en Tertulia@Deià, en la que presentó su volumen de entrevistas Talking Jazz con Charlie Parker, Miles Davis, Sonnie Rollins, Max Roach, Bill Evans, Betty Carter, Keit Jarrett, Dizzy Gillespie, Don Cherry y McCoy Tyner, entre otros muchos.

En Deià se desdobló. No dudó en tocar alguna pieza para ilustrar las presentaciones de los tres jazzman elegidos: Charlie Parker, John Hendrix y Miles Davis. De éste último dijo: "La mejor tarde, la más profunda la pasé con él".

Así fue la entrevista que mantuvo con el trompetista, con "quien reinventó el jazz tres y cuatro veces". Contó Ben Sidran que "cuando estuve frente a él me impresionó su piel de alabastro, fina, como si todos los que le escuchaban le hubieran acariciado, con una esencia de sí misma". Le habían contado que "Miles era muy simpático y nada racista. Yo estaba muy nervioso. Cuando me enseñó su armario y se puso a cocinar verduras, antes de iniciar nuestra conversación, no podía creerme estar ante alguien tan normal. ´¿Así que quieres entrevistarme?´ Nos fuimos a la playa y empezó a dibujar".

El relato del encuentro con el autor de Tutu, prosigue con la explicación de porqué dibujaba sin parar. "Me enseñaron mi padre y mi hermano. La imaginación es todo. Hay que buscar el equilibrio, en la música y en todo", me dijo Miles Davis. Y le dijo también: "Ser tu mismo cuando tocas, buscar el sonido, las notas, es el ojo del huracán. No es sólo tocar es saber cómo tocar, como jugar con las notas. Sacar el sonido sin destruir la creación del otro".

No ocultó Ben Sidran la admiración que despertó en el genio del jazz como tampoco escatimó elogios para el gran Bird, Charlie Parker, el primero de los personajes que compartió ayer en una tertulia con un público mayormente británico. Entre ellos Lucia Graves.

"No ser libre"

El relato del encuentro con Parker fue escalofriante. Su estancia en la cárcel, su rendido flirteo con la heroína, su manera de vivir la vida. "Elegí no ser libre", me dijo. "Creo que cuando él cantaba, después nada era igual. Tras escucharle, no he vuelto a ser la misma persona", admitió Ben Sidran.

Bird le confesó: "La heroína me volvió más sensible, pero no la recomiendo. Me hizo más sensible a la muerte y a la libertad. Sin ella no podría haber sido el músico que soy"·. Ahí es nada.

Tras el relato, Sidran se puso al piano y tocó unos compases de be-bop.

John Hendrix centró después su atención. El público estaba arrobado con la intervención literaria musical de Sidran.

"John Hendrix aprendió en las calles. Yo que venía de escuela, era muy perfeccionista y me enfadaba cuando cometía errores hasta que un día John me dijo: "Los errores, Ben son parte del jazz".