Fútbol. Primera División.

Un buen punto en Mestalla y a por la Copa del Rey

El RCD Mallorca empata a cero ante el Valencia en el último partido antes de la final en La Cartuja

Buen partido de Dominik Greif, la gran novedad de Javier Aguirre en la alineación

Muriqi no alcanza a remtar un centro de Sergi Darder.

Muriqi no alcanza a remtar un centro de Sergi Darder. / RCDM

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

El RCD Mallorca sumó un punto trabajado ante el Valencia en Mestalla (0-0) en un partido serio y convincente de los de Javier Aguirre, que se quedan a seis puntos del descenso y que ahora sí ya pueden centrarse única y exclusivamente en la final de la Copa del Rey. Gran partido de Dominik Greif, que en siete días tendrá en sus guantes la responsabilidad más grande de su carrera.

Inevitablemente, la final del torneo del K.O. iba a estar presente en Mestalla. Y así lo atestiguó la alineación del Mallorca, dejando fuera a pesos pesados como Antonio Raíllo, Dani Rodríguez o Antonio Sánchez. Pero eso fue lo único que se salió de la normalidad en Liga. Y es que los de Aguirre salieron a ganar y a dominar ante el Valencia, jugando como si el choque en La Cartuja no existiese y mandando un mensaje muy claro al Athletic Club.

La primera parte fue de color bermellón. Desde el inicio, el balón fue para el Mallorca, algo a lo que ayudaba tener a futbolistas como Sergi Darder y Manu Morlanes en el once, que acumulan su tercera titularidad seguida jugando a domicilio. Al margen de Larin, intrascendente, y de la falta de acierto en el pase de Jaume Costa, el resto de jugadores rindieron a un gran nivel, con un Copete superlativo.

El Mallorca se llegó incluso a gustar en ciertos tramos del encuentro. Jugadas trenzadas, sacando el balón con criterio y presionando con fiereza la salida de los del Pipo Baraja, que no encontraban la manera de hacer daño.

Su única ocasión fue un gran pase filtrado de Pepelu que Nastasic le quitó de las botas a Hugo Duro cuando ya se relamía ante Greif. Un disparo mordido de Mascarell y un tiro flojo de Nacho Vidal fueron las únicas ocasiones para los de Aguirre, que les fallaba lo que les ha perseguido todo el curso, acertar en área rival.

Sin duda, lo peor de los primeros 45 minutos fue la desgraciada lesión del tinerfeño, que a falta de hacerse pruebas parece prácticamente descartado para La Cartuja. Y ocurrió en una jugada muy polémica a la media hora de juego. Un disparo de Hugo Duro golpeó en el brazo del mediocentro, que lo tenía recogido sobre el pecho, y Ortiz Arias, siempre protagonista y para mal ante el Mallorca, no dudó en señalar penalti a instancias de su asistente en la banda. Una decisión equivocada y que Pulido Santana le encomendó a corregir desde la sala VAR.

La segunda parte arrancó con el cambio Larin por Abdón Prats y con una ocasión de Hugo Duro que se marchó demasiada cruzada. Pero la más clara fue sin duda dos minutos después. Una falta de Pepelu en la frontal del área la despejó de manera magistral Greif, rebotó en el palo y Peter Federico, sin oposición, fallo a la hora de empujarla. Fueron minutos de agobio para los de Aguirre, que supieron resistir, amenazando con un remate alto de Muriqi.

Tras el envite de los de Baraja, el partido se equilibró, con ambos equipos encadenando jugadas, pero sin acabar de finiquitarlas con ocasiones claras. Aguirre rompió la defensa de cinco en el minuto 70 quitando a Nacho Vidal y Jaume Costa y dando entrada a Radonjic y Toni Lato. Con el paso de los minutos, el choque daba toda la impresión de poder desequilibrarse en cualquier jugada aislada, como un remate de cabeza de Hugo Duro que entre Greif y el larguero evitaron que entrara.  

Radonjic tuvo el 0-1, pero su disparo, tras dejar a dos defensas en el suelo, se estrelló en Mamardashvili. Y después fue Abdón, a pase del serbio, el que se encontró con el portero georgiano. El Mallorca rondaba el gol, pero no acabó de llegar. Al final, un punto que sabe a mucho y que refuerza al equipo de cara a la final de la Copa del Rey. El descenso se queda a seis puntos y ahora ya si se puede pensar solo en La Cartuja.