OPINIÓN

Cartulina Morada: La dictadura de Tebas

Aguirre ha entendido que quejarse de LaLiga por los horarios de los partidos sirve más bien de poco. Van a seguir haciendo y deshaciendo a su antojo

A Javier Aguirre ya no le vamos a escuchar protestar por los horario, al menos no tan claro.

A Javier Aguirre ya no le vamos a escuchar protestar por los horario, al menos no tan claro. / RCDM

Elena García

Elena García

No me tiren de la lengua», se apresuraba a señalar ayer Aguirre en rueda de prensa al ser cuestionado sobre su opinión de jugar un lunes a las nueve de la noche. Y mientras reía y tragaba saliva, el bueno de Javier también acertaba a morderse la lengua. «Supongo que ya de aquí al final, lo que nos pongan. Ya tomamos nota todos de lo sucedido y esperemos que de aquí al final sean más benévolos», justificaba el mexicano, dando a entender que no volverá a quejarse, al menos tan abiertamente, por miedo a la represalias. Queda de manifiesto que la distribución de los partidos en LaLiga no convence ni a clubes, ni a entrenadores, ni a futbolistas, ni a afición. A los primeros no les queda otra que tragar. Los segundos y los terceros en ocasiones osan manifestar su desacuerdo. Y los cuartos tienen vetado, desde hace ya tiempo, la voz y el voto. La audiencia de televisión manda. Javier Tebas se propuso hace unos años priorizar la venta del producto al exterior y ningunear a los que estamos dentro. El dirigente de la patronal menosprecia al aficionado local y reconoce, sin ningún tipo de reparo, que el dinero que proviene de miles de kilómetros ordena sobre el abono del seguidor nacional. LaLiga se está cargando el fútbol español, que dejó hace ya mucho tiempo de ser el mejor de Europa. El Mallorca es solo un títere más y Aguirre, los aficionados y los medios de comunicación, sus principales víctimas. 

Las facturas de Tebas: Remover el pasado te recuerda que el presente no es tan malo

Hablando del señor Tebas, la suya ha sido una semana un tanto convulsa después de que Rubiales, con toda la intención y la razón del mundo, señalara a su eterno enemigo asegurando que en su día, como vicepresidente de la patronal, no tuvo ningún problema en recibir «mucho dinero de muchos clubes». A saber, una de esas entidades fue el Real Mallorca, quien en 2008 desembolsó en las cuentas del ahora presidente de la patronal la nada despreciable cifra de 232.000 euros por un supuesto informe de la liga argentina que nunca existió. Desempolvó la factura esta última semana El Español, una controversia que en su día, y por desgracia, solo fue una más de las muchas que se vivieron en el Camí dels Reis. Remover todos esos trapos sucios que se vivieron en su día no hace sino recordarte lo bien y lo sanos que estamos ahora. El Mallorca tendrá un dueño racista y misógino, pero por suerte a eso no se le añade ser un ladrón. No se contenta quien no quiere.  

Al César lo que es del César: El tiempo le ha dado la razón a Ingo Volckmann y a Tato

El resurgir del Atlético Baleares, de la mano de Tato García, ha dado la razón a Ingo Volckmann. El presidente de la entidad blanquiazul decidió, un buen día, seguir su instinto, despedir al experimentado Onésimo y ofrecerle la vara de mando a un técnico de la isla. La decisión dejó atónita a la propia secretaría técnica del club, a la que no le quedó otra que aceptar lo mandado. Lo que demuestra todo este trajín en el banquillo balearico es que, en ocasiones, los clubes más reputados de la isla buscan fuera lo que tienen dentro y que no hay nadie más interesado de los éxitos de casa que los que son de casa.

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