Maffeo le gana el tango a Vinicius

Vinicius y Maffeo se lanzan reproches durante el partido en Son Moix.

Vinicius y Maffeo se lanzan reproches durante el partido en Son Moix. / La Liga

Matías Vallés

Matías Vallés

El Real Madrid juega cada temporada cincuenta partidos contra equipos como el Real Mallorca, que juega cada temporada dos partidos contra equipos como el Madrid. De ahí el abismo entre la energía de activación de los jugadores de ambas escuadras ante el choque, el águila contra la avispa. A veces, el aguijón supera en utilidad a las garras. 

Hay que enunciar con naturalidad que el Mallorca se desembarazó sin excesivos problemas de un Madrid prepotente y desorientado. Si contemplamos los últimos minutos del partido de pie, y lo hicimos, fue por la leyenda madridista, en absoluto por sus miserables prestaciones. La selección de los mejores jugadores de LaLiga no incluye a ninguno de los vestidos de blanco en Son Moix. Y los mallorquines fueron decisivos en su humillación colectiva.

Se medían la soberbia madridista frente al desafío histórico mallorquinista, en un triste horario de matinal, cuando los actores suplentes sustituyen a las estrellas. A la misma hora en que en un vuelo Madrid-El Cairo se embarcaba Héctor Cúper, el símbolo del Mallorca finalista europeo y que miraba al Madrid de cara. O de arriba abajo. 

La lesión previa de Courtois equivalía a una concesión al rival, consumada con el banquillo inicial de Modric y Kroos, para otorgar un mínimo de crédito a la contienda. Demasiados regalos de un Madrid a medio jubilar y a medio construir. El alemán y el croata saltaron al césped contra su voluntad, y todavía no habían despertado cuando regresaron al vestuario con la cruz del uno a cero encima. 

El relevo accidental y accidentado en la portería blanca emitía una señal para Muriqi, que no había obtenido un solo gol en Liga en 2023. El kosovar, desprotegido por el árbitro frente a las defensas, le marcó a medias al Madrid gracias a la colaboración impagable de Nacho, titular madridista con el único merecimiento de su pasaporte. 

A media Liga se descubrió que el equipo más español del mundo se personaba en los estadios españoles sin un solo jugador nacido en ese país en sus filas, el Royal Madrid. Cuesta criticarlo en un Reial Mallorca sin mallorquines. Claro que a nadie se le ocurriría dictaminar que los mallorquinistas del cancelado estadounidense Robert Sarver representan los valores, o ausencia de los mismos, de su isla.  

En Son Moix quedó ridiculizado el patético empeño del madridismo por exaltar a jugadores como Ceballos o Nacho, menospreciados hasta ahora y que no son titulares ni en la mediocre selección española. Le servirían al Mallorca, son insustanciales para ganar una Champions.

El penalti fallado por Marco Asensio en su casa solo demuestra que Rajkovic es lo mejor que le ha ocurrido al Mallorca en años. Sin embargo, todas las circunstancias del partido enmudecen frente al tango que bailaron agarrados durante noventa minutos Maffeo y Vinicius, con victoria del primero. 

En ningún caso habría ganado el Mallorca sin la rabia embotellada de Maffeo, extraordinario en el campo porque allí no hay riesgo de que se ponga a escribir. El catalán no solo triunfó bailón en el cuerpo a cuerpo contra el brasileño, también sacó de sus casillas a un Ancelotti que ha perdido el timón de su equipo. El italiano impasible se ponía el índice en la boca para acallar al mallorquinista, el entrenador gélido reducido a forofo.

Vinicius tiene 29 millones de seguidores en Instagram y seis millones en Twitter, a pesar de que Telecinco parece más apetitosa que cualquier expresión del brasileño, que llora más que un fiscal. Es curiosa la idea de que el delantero no puede caer antipático. Maffeo y Raíllo ostentan la prosa detestable que caracteriza a su profesión excepto Valdano, pero su mérito gigantesco consiste en que mantienen la actitud de folloneros en pista sin perder ninguna de sus cualidades. Al revés, su efectividad mejora cuanto más fanfarronean. Es cierto que Aguirre solo coloca cinco defensas porque no le caben más, pero ante el Madrid exhibió un fútbol superior al excampeón de la Champions.