Primera División

El Real Mallorca se apaga a domicilio

Los de Aguirre acumulan tras el parón cuatro derrotas lejos de casa mostrando un preocupante bajón de juego -Los bermellones, que cimentaron su buen inicio de curso como visitantes, se muestran ahora endebles en defensa e inoperantes en ataque

Maffeo, este sábado en el Cádiz-Mallorca.

Maffeo, este sábado en el Cádiz-Mallorca. / AFP7 vía Europa Press

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Tres derrotas en Liga y una en Copa. Ningún gol a favor y seis en contra. Estos malos números son los que presenta el Mallorca postmundial a domicilio. El equipo de Javier Aguirre, que protagonizó un gran arranque como visitante al inicio de la temporada, se ha venido abajo al actuar lejos de la isla, mostrando una preocupante endeblez en defensa e inoperancia en ataque. 

El propio entrenador mexicano así lo admitió este sábado tras el decepcionante partido en Cádiz. «Llevamos tres derrotas, fuera de casa, dolorosísimas, en Getafe, Pamplona y aquí. Estoy lastimado y enojado porque fueron tres encuentros en los que no se compitió. Eso no puede ser y no quiero que vuelva a suceder», criticó el técnico bermellón. Un pensamiento al que se sumó Dani Rodríguez. Y no les falta razón. 

Porque sus rivales (Getafe, Osasuna, Real Sociedad) tampoco han necesitado ofrecer una gran versión para derrotar al Mallorca. Con lo mínimo, o simplemente con acertar una ocasión delante de Predrag Rajkovic, les ha bastado para romper el plan de Aguirre, que si bien ha conducido al equipo a una gran posición en Liga con 25 puntos, se vuelve caduco al encajar, mostrando una preocupante falta de ideas en ataque para intentar remontar un partido. 

Ante el Cádiz (1-0) fue la confirmación de la tendencia. Sin obviar el grave error de De Burgos Bengoechea en el campo y Estrada Fernández en el VAR al perdonar la expulsión de Mbaye tras un pisotón a Grenier, el equipo no compareció en el Nuevo Mirandilla. La alineación, apostando por el francés en vez de Baba en el centro del campo, hablaba de ambición por hacerse dueño del partido. Pero no ocurrió nada de eso. 

La intensidad del Cádiz, que técnicamente no es superior a los bermellones, fue suficiente para desaborlar el sistema defensivo de Aguirre, en un partido en que los tres centrales dejaron su peor actuación de la temporada. Demasiada distancia entre las líneas y poco contundentes, en ataque no fue mucho mejor. Muriqi, que es una sombra de lo que fue antes del Mundial, no rascó bola y sus acompañantes tenían sesenta metros por delante al tener el balón en los pies. Y a la hora de crear jugadas, pareció que el manual solo contemplaba centros sin ton ni son al área. 

La sensación de dejavú con el Mallorca a domicilio se viene repitiendo desde que volvió el fútbol tras Qatar. En Getafe (2-0) la falta de ritmo competitivo sirvió para maquillar levemente el mal partido del conjunto mallorquinista, incapaz de plantar cara a un equipo en problemas. Ante la Real Sociedad (1-0), en Copa del Rey, es cierto que Aguirre puso en liza a un once con una gran mayoría de suplentes, pero la sensación fue similar. Una primera parte tirada por la borda y una segunda en la que los locales apenas sufrieron.

Frente a Osasuna (1-0), un nuevo mal comienzo –una de las grandes críticas de Aguirre a sus pupilos–, en esta ocasión en la segunda mitad, volvió a condenar a los bermellones. Por suerte, las dos victorias en casa frente a Valladolid y Celta han servido para compensar la falta de resultados lejos de Son Moix. 

Por ahora, la situación en la tabla está controlada. Pero la cuesta de febrero llega con fuerza con Real Madrid, Sevilla, Villarreal y Espanyol esperando su turno. El Mallorca está obligado a mejorar sus prestaciones como visitante. El bajón de futbolistas claves y la desaparición de la seguridad en defensa les está condenando a volver de vacío este año en cada desplazamiento. Por ahora el descenso se encuentra a cierto margen, pero no se pueden dormir.

Sin gol: 360 minutos sin marcar lejos de Son Moix

Para un equipo que apuesta todo en la defensa, la importancia de marcar las pocas ocasiones de las que se disponen es capital. Así ha funcionado el Mallorca hasta antes del Mundial. Ahora, son ya 360 minutos sin marcar a domicilio. Muriqi pasa por su peor momento como bermellón y el resto del equipo, que no se ha prodigado ante el gol, tampoco acude a ayudar en esa tarea. La falta de ocasiones en estos partidos es un síntoma de lo que le cuesta crear en ataque al equipo. Y por el momento Kadewere, el primer cambio de Aguirre, tiene el punto de mira desviado. 

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