Por enésima vez, una reunión de la Asociación de copropietarios del Lluís Sitjar no sirvió para nada, o para muy poco. En la asamblea convocada por su presidente, Joan Aguiló, se tenía que valorar la oferta de Cort de 17.000 euros por acción más dos pases al estadio de Son Moix para los próximo quince años. Una oferta que tampoco convence, o eso parece. Del más del centenar de asistentes, sólo trece estaban dispuestos a vender, una veintena duda y el resto se mostró reacio a deshacerse de sus acciones. Y el 4 de noviembre, fecha límite fijada por el ayuntamiento para la entrega de los títulos al notario, corre para, a este paso, volver a la casilla de salida.
Los poseedores de los títulos de propiedad del Lluís Sitjar tienen motivos para dudar de que la operación sea ecuánime. Por ejemplo, no entienden, ni se entiende, porqué el valor de los terrenos donde estaba ubicado el estadio era de 18 millones hace diez años y de 11 ahora. Y, sobre todo, salvo una urgencia, porqué tengo que vender a cambio de un dinero que no te va a solucionar la vida cuando el objeto de deseo de Cort es mío de por vida. Salvo giro inesperado, seguimos en el día de la marmota.
