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Fútbol

Raíllo, el cuarto fichaje de invierno del Mallorca

El central cordobés regresa medio año después de su lesión de tobillo que le ha obligado a pasar por el quirófano y a largas sesiones de recuperación

Raíllo, el pasado sábado ante el Cádiz.

Antonio Raíllo está de vuelta, para satisfacción de su entrenador, Luis García, que posiblemente es quien más le haya echado en falta en estos seis largos meses que ha estado ausente de los terrenos de juego. El central cordobés volvió a ser el pasado sábado, en el trascendental partido contra el Cádiz, el mariscal de la defensa. Como si solo hubiera faltado a un partido, se erigió en el líder de la zaga, haciendo mejores a sus compañeros, sobre todo a un Valjent que mejoró sus prestaciones de forma notable.

El regreso de Raíllo ha sido tortuoso. Ha estado lleno de obstáculos. Tocado en pretemporada, jugó con molestias el primer partido de Liga ante el Betis, el 14 de agosto. Hasta el sábado, en que regresó a pisar un terreno de juego. «Entrenaba y le hacía daño, le dolía el tobillo, y contra el Betis también», explica un miembro del club que ha seguido de cerca la evolución del jugador en estos meses.

Único superviviente de la plantilla que descendió a Segunda B tras la salida de Lago Junior al Huesca, Raíllo ha visto cómo desde mediados de agosto los médicos no daban con la tecla de su lesión en el tobillo izquierdo. El entonces jefe de los servicios médicos, Gustavo Pasos, ahora máximo responsable de la primera plantilla solo a las órdenes de su superior, el doctor Adolfo Muñoz, optó por un tratamiento conservador que no dio resultado. Los días y las semanas pasaban sin que el jugador notara síntomas de mejoría.

Hasta seis especialistas examinaron su tobillo antes de ser intervenido con éxito el pasado 26 de octubre

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Hasta que se decidió ir a la consulta del doctor Ramón Cugat en Barcelona. Allí se decidió intervenirle quirúrgicamente del ligamento del tobillo izquierdo. Fue el pasado 26 de octubre, más de dos meses después de su último partido. Operado por el equipo del doctor Cugat después de ser examinado por hasta seis especialistas, se dio con la clave. 

Lo más difícil se había conseguido. Empezaba otra fase, larga, pero con una fecha de regreso en el horizonte. Apoyado en su gran fortaleza mental, Raíllo, de 30 años y con contrato hasta 2024, se puso en manos del equipo de fisioterapia del club. Ferran Rosselló y Vero Sebastianes trabajaron con él en el gimnasio, en sesiones diarias de hasta dos horas. En la piscina se puso en manos de Cristian Castilla y Magí Vicens, con el objetivo de fortalecer los músculos de la pierna afectada, también en duras sesiones de trabajo. Desde el primer momento, el futbolista puso una inmejorable actitud, obsesionado en ayudar cuanto antes al equipo en la pelea por la permanencia.

Sin abandonar el gimnasio, Raíllo entraba en la última fase al lado del recuperador Raúl López, con el que hizo trabajo de campo, primero en solitario y, antes de lo previsto, en grupo. Si de él dependiera, ya hubiera jugado ante el Levante, pero el cuerpo técnico no quiso correr riesgos. Se decidió alargar su regreso aprovechando el parón de la competición por la ventana abierta a las selecciones sudamericanas y asiáticas. 

El jugador volvió al equipo quince días antes de lo previsto en un partido clave y en el que Luis García no podía contar con Russo por sanción. Su capacidad de liderazgo debe redundar en beneficio del equipo. Raíllo manda, abronca a sus compañeros cuando es necesario, a la vez que les anima; corrige a los laterales y es el encargado de salir con el balón controlado. Es el cuarto fichaje de este mercado de invierno. 

Baile de centrales

Aunque la pareja Valjent-Russo ha sido la que ha prevalecido en el centro de la defensa a lo largo de la temporada, con un rendimiento que ha ido de más a menos, Luis García se ha visto obligado a recurrir a otros jugadores para cubrir la parcela central de la defensa en determinados momentos del curso, ya sea por lesión de alguno de los titulares o por sanción. En el puesto de central han llegado a jugar Sedlar, ante el Levante, Cádiz y Granada; Baba durante los últimos minutos en el Carranza por la tarjeta roja que vio Sedlar y que acabaría costando dos puntos al Mallorca; Oliván, que se tuvo que reinventar ante el Osasuna en Son Moix (2-3) por la plaga de bajas; y hasta el mallorquín Gayà, que debutó nada menos que en el Santiago Bernabéu con una goleada (6-1) y donde no pudo tener peor comienzo ya que un resbalón a los dos minutos ante Benzema costó el primero de los seis goles. Con el regreso de Raíllo, Luis García recupera a su pareja de centrales titular, con la que espera acabar la temporada.

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