El regreso de Marc Pedraza, que en el estreno ante el Eibar estuvo sancionado al arrastrar el castigo de la pasada temporada, sería objeto de debate acerca de si debe ser titular en el pivote, pero el sensacional rendimiento de Baba en su debut en la elite deja poco lugar a las dudas.

La enorme evolución del centrocampista ghanés, que deslumbró en el partido decisivo por el ascenso ante el Deportivo, que jugó precisamente por la sanción a Pedraza, está siendo imparable. El club le amplió su contrato este verano y le puso una cláusula de cuarenta y cinco millones de euros, una circunstancia que explica la fe que se tiene en un futbolista que cumple su segunda campaña en el primer equipo, tras militar en el filial y en el Barakaldo, como cedido, en Segunda B. Siempre estuvo a la sombra de un Pedraza que ha sido indiscutible para Vicente Moreno desde que llegó para formar parte del proyecto que debía devolver al Mallorca al fútbol profesional.

El catalán ha sido el perfecto escudero de Salva Sevilla en el centro del campo de los bermellones, con su capacidad de trabajo a la hora de cortar balones y repartirlos y aportar equilibrio al equipo. Pero da la impresión de que Baba le está ganando la partido en esta particular pugna por ser titular en una posición tan específica. El africano es omnipresente en el terreno de juego y va a más con el balón en los pies. Toda una garantía para el Mallorca.

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