Idrissu Baba es la gran apuesta del club. El ghanés ha pasado en un año de ser considerado un recambio para Marc Pedraza a ser una de las jugadores con más valor del equipo. Hace apenas tres semanas, el Mallorca anunció la renovación de su contrato hasta 2022, pasando a tener ficha del primer equipo. Ahora, una nueva ampliación hasta el año 2024 y una cláusula de rescisión de 45 millones de euros demuestra que la fe del club y del entrenador Vicente Moreno en él es total. Con el equipo recién aterrizado en Primera División, este año puede ser el de su consagración en el fútbol español.

Su despliegue físico y capacidad de robo de balones le convierten en uno de los jugadores diferenciales del plantel en la demarcación de mediocentro. Ya cuando formaba parte del filial mallorquinista fue el mejor en su posición y le valió para ser cedido al Barakaldo de Segunda B en busca de minutos y experiencia. En el equipo vasco fue titular indiscutible durante todo el año, con un rendimiento que le abrió las puertas del primer equipo al año siguiente, tras lograr el Mallorca el ascenso a Segunda División.

Baba, de 23 años, ha sido una de las grandes sorpresas positivas de este curso, aunque no ha sido hasta el final de temporada cuando ha acabado de explotar. La sólida pareja formada por Salva Sevilla y Marc Pedraza le cerraban las puertas del once con frecuencia y vivió gran parte del año como suplente, con actuaciones irregulares pero que hacían prever un futuro prometedor. Su juventud le ha pesado en ocasiones al cometer errores de principiante en salida de balón y precipitación en la toma de decisiones. Sin embargo, poco a poco su rendimiento mejoró y llegó incluso a arrebatarle durante algunas jornadas el puesto de titular a Pedraza, un fijo para Moreno desde su llegada.

El gran momento del jugador de Acra llegó en la final por el ascenso entre Mallorca y Deportivo. Con Pedraza fuera de juego tras ser expulsado en la ida, la responsabilidad de dar equilibrio al equipo recayó sobre él. Baba respondió y realizó su mejor encuentro con la camiseta bermellona. Fue un muro para el conjunto deportivista, desesperados ante un ejercicio futbolístico de tal nivel que le valió para ser despedido del campo con gritos de "MVP, MVP".

El futuro de del Mallorca pasa por Baba y el club blinda con una cláusula intimidatoria para el resto de clubes a su canterano más prometedor de los últimos años.