Esto son mucho más que tres puntos. Esta victoria del Real Mallorca es diferente, es de las que necesitaba como el comer y que debe servir para alimentar la autoestima de un grupo que tiene mucha hambre. Porque de lo contrario hubiera sido imposible firmar una remontada en un estadio en el que nadie había ganado en toda la Liga con un nivel de juego e intensidad de los que quieren hacer algo grande. De momento le basta para auparse a la sexta posición en la jornada treinta, pero está haciendo muchos méritos para que en la cuarenta y dos esté, como mínimo, en la misma plaza.

Los goles de Budimir y Raíllo fueron el premio justo a una exhibición, con las dudas que siempre ofrece esta loca Segunda División, ante un Las Palmas que se las prometía muy felices con el tanto de Rafa Mir a los siete minutos. Pero con personalidad y oficicio, quizá el que faltó en Cádiz y Tenerife no hace tanto tiempo, los bermellones han dado un golpe sobre la mesa de consecuencias imprevisibles. (Vea las imágenes del partido)

Es normal que Vicente Moreno, fiel a su estilo, tenga el freno de mano puesto, pero la afición tiene motivos de sobra para ilusionarse. Felicitarse por garantizar la permanencia no debería sonar a broma, pero es que más mérito tiene lo que está haciendo este equipo si se recuerda que viene de la Segunda B. Es la tercera alegría como visitante y quizá deberían ser algunas más, pero es que entonces estaría luchando por el ascenso directo.

El Mallorca rubricó unos primeros cuarenta y cinco minutos notables. Solo manchados por el error defensivo que propició el tanto de Rafa Mir, la versión de los bermellones fue la de un equipo que quería ganar. Ya un tiro raso de Leo Suárez y una buena contra finalizada por Dani Rodríguez dio detalles de lo que sería el duelo. A los siete minutos llegó el accidente que lo podría haber tirado todo por la borda. Sastre resbaló en el peor momento y dejó a De la Bella con todo el tiempo del mundo para enviar un pase al corazón del área pequeña, donde Rafa Mir se adelantó a un estático Valjent para poner el 1-0 en el marcador.

Lo bueno es que los baleares no se vinieron abajo. Los locales deslizaban carencias atrás y eso había que aprovecharlo como fuera. Lago recuperó el balón que él mismo había perdido, se lo dejó a Estupiñán, que está en un momento de gracia, y su asistencia fue aprovechada por Budimir. El croata estaba en fuera de juego por poco, todo hay que decirlo, aunque después de lo que ha sufrido el Mallorca con los arbitrajes tampoco tiene que pedir perdón por ello. Es el cuarto tanto del cedido por el Crotone, un futbolista omnipresente y que ha elevado sustancialmente el nivel del ataque.

Los de Moreno siguieron entonados, sobre todo en el centro del campo, esperando su momento para seguir haciendo daño. Y no les costó mucho. Raúl blocó un disparo de Salva Sevilla, pero la ocasión más clara del almeriense llegó después, cuando se ha plantado solo ante el meta, algo escorado, y tiró al muñeco. Una lástima porque podría haber sido la estocada a un rival con jugadores temibles, pero que solo funcionaba a chispazos. El problema es que eso te puede quemar. Por ejemplo, Momo se aprovechó de un patinazo de Valjent, pero Reina estuvo inspirado para repeler el chut.

Los locales salieron a morder en la reanudación, aunque la intensidad tampoco les duró mucho. Una buena acción de Momo, que despejó Valjent como pudo, y un disparo de Lemos hicieron pensar que la segunda parte sería otra historia, pero solo fue un espejismo. La entrada de Aridai por un desdibujado Leo Suárez dio otro aire al ataque. Precisamente el extremo, que jugaba ante sus paisanos, envió un centro magistral a Budimir, pero el meta Raúl estuvo en su sitio. Y poco después, en el minuto sesenta y cinco, Lago lo intentó con un tiro que obligó al portero a demostrar su agilidad. Los canariones daban miedo cuando cruzaban el centro del campo, pero atrás seguían débiles. Reina se lució con una gran parada tras un cabezazo de Rafa Mir. Y justo cuando la afición local empezó a entonar el recurrente 'sí, se puede', el Mallorca dio el hachazo. Salva Sevilla lanzó una falta y Raíllo, ganándole la espalda a los centrales, peinó el balón para batir a Raúl. Quedaban quince minutos para el final y no quedaba otra que resistir. Y los de Moreno, que introdujo a Pedraza, aprendieron la lección del Carranza y Heliodoro. Nunca es tarde para volar alto.

1, UD Las Palmas: Raúl; Lemos, Aythami, David García, De la Bella, Timor (Pekhart, min. 80), Ruiz de Galarreta, Fidel (Maikel Mesa, min. 70), Momo (Blum, min. 62), Rafa Mir y Rubén Castro.

2, REAL Mallorca: Reina; Joan Sastre, Raíllo, Valjent, Estupiñán, Baba, Salva Sevilla, Dani Rodríguez (Pedraza, min. 84), Lago, Leo Suárez (Aridai, 59) y Budimir (Abdón, min. 74).

GOLES: 1-0; Rafa Mir se adelanta a Valjent y remata a placer (min. 7); 1-1; Combinación entre Lago y Estupiñán, que pasa a Budimir y marca (min. 17); 1-2, Raíllo anota de cabeza tras un saque de falta de Salva Sevilla (min. 77).

ÁRBITRO: Figueroa Vázquez (Comité andaluz).

TA T. amarillas: Fidel (min. 13), Estupiñán (min. 36), Lemos (min. 79).

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