La cita era hoy en la notaría, pero se ha suspendido por los desacuerdos que han surgido entre Biel Cerdà y Dudu Aouate. Un aplazamiento ´sine die´ que confirma el bache en el que se ha metido una operación que hace solo una semana parecía perfectamente encarrilada y que mete a la institución bermellona en un callejón sin salida.

El encuentro estaba pactado desde hace días por los abogados de Cerdà, Aouate y Llorenç Serra Ferrer, pero ninguno acudirá hoy a la notaría palmesana en la que debía formalizarse el cambio de propiedad del Real Mallorca.

El presidente tenía mucho interés en que el acto de la firma se celebrara en Barcelona, pero el manager general impuso su criterio y se había concertado el encuentro en una notaría de la capital mallorquina.

Este aplazamiento no presagia nada bueno. Aouate ha dado un ultimátum a Cerdà para que le venda su 5,4 por ciento de las acciones a cambio de 2,9 millones de euros, una cantidad pactada desde hace mucho tiempo. Mientras que el entorno del presidente transmite que quiere asegurarse de la solvencia del israelí -o del grupo inversor que le respalda- por medio de una serie de avales bancarios que el manager general rechazaría mostrar.

Sea como fuere, la compraventa del Real Mallorca ha entrado en barrena. La jornada de ayer tampoco sirvió para dar algún paso adelante y nada hace pensar que hoy vayan a producirse progresos.

Queda pensar en que a lo largo de la semana que viene se limarán las asperezas que han surgido en los últimos días. Los tres protagonistas de la operación saben que la ruptura de las negociaciones provocaría un caos deportivo, económico e institucional después de que Aouate lleve semanas tomando decisiones de mucho calado desde su cargo de manager general.

Hace ya una semana que Serra Ferrer y Cerdà, por separado, llegaron a un principio de acuerdo con Aouate para traspasarle conjuntamente el 53 por ciento de acciones que reúnen entre los dos. El acuerdo con el pobler es total, pero el presidente está reculando pese a que se le escaparía un ´pelotazo´ sin precedentes en la historia del Mallorca. De momento se consumirá otra semana sin que se cierre la operación.