Si el reglamento permitiera convocar a veintidos jugadores, todos los entrenadores se llevarían al banquillo a otro equipo completo. De hecho en cuanto alguno de los futbolistas sufre alguna molestia, llaman a uno más aun a sabiendas de que alguien tendrá que quedarse en la grada. Pero se ha llegado a dar el caso de que fueran dos, ya que en ciertas ocasiones la lista ha sido de veinte.

Oltra viajó ayer con uno más por si al final Geijo sigue con molestias. No se trata de un titular fijo, sino de un delantero al que ha utilizado menos de noventa minutos en trece jornadas. ¿Iba a salir hoy desde el principio? Nunca lo sabremos y puede que incluso sea así, pero es difícil imaginar que en este equipo alguien sea tan importante como para condicionar una citación y mucho menos cuando apenas ha contado hasta el día de hoy. La escasa importancia del hecho justifica en sí misma la presente reflexión.

Habrá quien lea estas líneas con el partido iniciado y quién sabe si finalizado. Es lo que tienen los matinales y en domingo. En el momento de redactarlas sentimos curiosidad por conocer los planes del técnico, saber si ha optado por un dibujo nuevo, opción poco probable, se ha limitado a rellenar los huecos de los ausentes o ha decidido darle un meneo al guiso. En cualquiera de los supuestos nos embarga el escepticismo.