Andreu Fontàs apura mañana en el Santiago Bernabéu sus últimas opciones para salir del anonimato al que le han obligado Joaquín Caparrós y Gregorio Manzano este curso. Las bajas de los sancionados Pep Lluís Martí y Javi Márquez le allanan el camino para formar en el centro del campo. Y la duda de Pina, que no ha podido entrenar con normalidad por unas molestias físicas, se lo pondrían aún más fácil. Como otras veces a lo largo del curso, apunta al once titular, pese a que hasta la fecha siempre se ha quedado a las puertas.

El preparador bermellón maneja la opción de incluir a Fontàs en el trivote en sustitución de Martí. Pero todo parece conspirar contra el catalán. Geromel está por delante en las preferencias del entrenador. Y la misma existencia del trivote está entre interrogantes porque Manzano duda de que algún otro futbolista pueda ofrecer las prestaciones del capitán.

Se consume la temporada sin que Fontàs haya cumplido su objetivo de sumar minutos y coger ritmo de competición para dejar atrás definitivamente una grave lesión que le mantuvo fuera de combate casi toda la pasada temporada. Al contrario, este curso de cesión en la isla está a punto de convertirse en un serio revés en la carrera deportiva de este joven futbolista.

Fontàs llegó a Mallorca en octubre como refuerzo de emergencia para cubrir las bajas del lesionado Márquez y sobre todo la de Joao Víctor, que dijo adiós a la competición al romperse los ligamentos cruzados. El catalán venía con una excelente carta de presentación. Procedente del Barça y formado en La Masía, podía jugar en el centro de la defensa y como pivote. Y sin embargo ha sido invisible casi todo el curso.

El catalán ha jugado 336 minutos, un pobre registro que únicamente le sitúa por encima de los canteranos Charlie Took, Marc Fernández y Brandon. Enlazó dos titularidades ante el Sevilla (2-3) y el Madrid (0-5). Fue suplente en las dos siguientes derrotas frente al Depor (1-0) y Barcelona (2-4). Volvió al once en las visitas a Balaídos (1-1) y Vallecas (2-0). Y después, desapareció.

No volvió a ser utilizado por Caparrós ni saliendo desde el banquillo. Y con Manzano no ha jugado un solo minuto. El Santiago Bernabéu es su última bala.