Un slalom de Joan Campins, aprovechándose de un tremendo desajuste defensivo del Orihuela en el centro de su zaga, propició que el Mallorca B se reencontrara con el triunfo tras sumar cinco jornadas consecutivas perdiendo. El filial sigue vivo y tras vencer a un rival directo de cara al descenso como es el Orihuela, no solo le supera en el gol average directo -empató en Los Arcos a cero- sino que además se coloca a tan solo un punto del conjunto alicantino, que es el equipo que marca en estos momentos la promoción de permanencia.

Con todo, pese al triunfo final, el partido volvió a ser de perfil bajo. La variante puesta sobre el campo por el técnico Miquel Soler ante la falta de efectivos en las bandas de colocar a tres centrales y dos carrileros le dio resultado, ya que el equipo de Nino Lema apenas dio señales de existencia en los metros finales. Y cuando lo hacía, las pifias en el remate del espigado Fali, y las paradas en el tramo final del encuentro de Yeray Gómez a lanzamientos de Fleki y Pereira evitaron que el marcador final se modificase.

El Orihuela se plantó sobre el terreno de juego con una única intención: aguantar el 0-0 inicial e intentar a la contra hacer daño a un filial rojillo que salió en los primeros minutos con mucho miedo. Con el transcurrir del primer periodo, el filial rojillo empezó a carburar, sobretodo por banda, en donde Joan Campins encontraba metros y más metros de recorrido, creando la primera ocasión de gol al cuarto de hora de partido. Un gol que no llegó por la intervención de Queko Piña. Los minutos pasaban, y el Orihuela solo lo intentaba -es un decir- a balón parado. Las pifias en sendos remates de Fali y Páez, más un cabezazo inocente de Fer desde el punto de penalti cerraron un primer tiempo pobre.

Tras el intermedio, pese a que el Orihuela salió con fuerza y decisión, todo fueron puros fuegos de artificio. El filial rojillo cogió de nuevo las riendas del partido, y con la entrada de Marc Fernández el equipo tuvo más profundidad en ataque. A la media hora de esta parte, un desajuste en el centro de la zaga entre Ochoa y Fleki habilitó a Joan Campins para irse por el centro, adentrarse en el área y superar de forma sutil al cancerbero visitante.

Con el 1-0 a favor, el filial rojillo plegó velas, con claras intenciones de guardar tan preciado tesoro. El Orihuela echó el resto pero al final el marcador no se modificaría.