El futuro inmediato del Real Mallorca depende de Biel Cerdà. El 4,96 por ciento de las acciones del club que posee el empresario pollencí, a través de Tukis Invest y Tukis Productions, harán declinar la balanza hacia un grupo u otro en el trascendental Consejo de Administración que se celebrará el próximo martes 2 de enero a las 16 horas en el Iberostar Estadio.

Después de la dimisión de Jaume Cladera como presidente y consejero delegado el pasado lunes, se abre una etapa de incertidumbre que no se puede prolongar demasiado. El empresario siempre ha apoyado a Llorenç Serra Ferrer desde que entraron de la mano en la entidad en el verano de 2010, pero el último movimiento de Cerdà le dio la espalda. Apoyó a Utz Claassen en su intento por derrocar a Cladera de la poltrona -con el que mantenía diferencias personales- y, de hecho, posibilitó que se incluyera en el orden del día de un futuro Consejo la posibilidad de retirarle la confianza al hotelero. No ha hecho falta porque la renuncia de Cladera ha adelantado el trabajo, pero está por ver si se vuelve a aliar con el consejero alemán de ahora en adelante. Y este es el punto decisivo porque si lo hace provocaría un giro radical en la gestión del club, que dejaría de estar en manos de Serra Ferrer, que pasaría a estar en minoría.

En el comunicado que hizo público el 7 de diciembre, Cerdà mostró su apoyo a Serra como "vicepresidente, consejero delegado y director deportivo". Si sus votos le son favorables al actual mandatario no se producirán sustanciales cambios porque seguirían ostentando la mayoría, aunque con la particularidad de que cada una de las decisiones se debería someter a la opinión del Consejo. Por ejemplo, los inminentes fichajes de invierno no podrán tener luz verde sin la aprobación del órgano rector del Mallorca. Sin ir más lejos, ahora Serra Ferrer debe esperar al día 2, como mínimo, para cerrar las operaciones que tiene en marcha para reforzar la plantilla.

Credibilidad

Sin embargo, aquel episodio en el que Cerdà respaldó a Claassen le ha restado credibilidad a los ojos del pobler. De ahí que la expectación sea máxima de cara al encuentro del próximo miércoles en la sala de reuniones de Son Moix. Con un Consejo dividido, se tendrá que elegir al sucesor de Jaume Cladera en la presidencia y el nombramiento de un consejero delegado que acompañe a Serra Ferrer, un cargo imprescindible porque se necesita una segunda firma para la toma de cualquier decisión.

No será fácil. El Consejo está formado por ocho miembros y se necesitan seis votos para elegir un consejero delegado. No ocurre lo mismo en la elección del presidente, para el que se necesita una mayoría simple. Ante un Consejo que se presenta incierto desde todos los puntos de vista, por la clara división entre los miembros del mismo, no hay que descartar ninguna posibilidad. Lo que sí parece claro es que Serra Ferrer renunciará a la presidencia porque, aseguran fuentes próximas al vicepresidente, "resulta inviable con la función de director deportivo". El Consejo de Administración está formado por Serra Ferrer, Jaume Cladera y Miquel Coca por un lado, y Utz Claassen, Pedro Terrasa, Pep Roig, Biel Cerdà y su hijo por otro. Se presenta horas muy intensas en este final de 2012 e inicio de 2013 para la estabilidad del club.