Lletra menuda

Los satélites de la explotación turística

Motos de agua.

Motos de agua. / E. García

llorenç riera

Siempre queda una vía de escape. No decrecer pero aceptar límites en búsqueda de la calidad. Este es el «cambio de rumbo» al que parece aferrarse la presidenta Prohens cuando los estudios de opinión del PP detectan malestar por saturación turística entre sus votantes y se organizan movilizaciones sociales por la misma causa. Ante ello, en una isla, la salida de la expansión del negocio del ocio, está en el mar. Es solo cuestión de adaptación y vestir de novedad la oferta incorporada en un archipiélago en el que ya no queda nada por descubrir ni implantar.

Motos al agua. Introducir más motocicletas, ya no en la Serra, sino en cualquier carretera mallorquina, comporta a estas alturas un alto riesgo de accidente social, aparte de las consecuencias medioambientales. Solución, convertirlas en acuáticas para mayor diversión de turistas centroeuropeos. Además, operando en mar abierto, nunca podrá decirse que se infringe un nuevo flagelo a la isla.

La Dirección General de Costas tiene en exposición pública el proyecto de un gran circuito de motos acuáticas con plataforma y sky bus frente a Magaluf y Cala Vinyes. De prosperar, ocupará 178.000 metros cuadrados en una iniciativa para la que sus promotores ni siquiera perciben la necesidad de solicitar informes de impacto ambiental dado que sobre el papel no afecta a la delimitación de la Red Natura 2000. Agotada la Mallorca terrestre, quedan patentados los satélites marítimos desmontables que orbitarán a su alrededor porque los recursos de expansión turística nunca deben agotarse. Y creíamos que la ocupación y contaminación del mar solo podía llegar través de parques eólicos flotantes o plataformas petroleras.

El mar balear tiene más pretendientes de los que aparenta. Que no lo olvide la incipiente Mesa por el Pacto Social y Político por la Sostenibilidad Económica de denominación rimbombante y eficacia por estrenar. Su ámbito de actuación no es solo terrestre.

Suscríbete para seguir leyendo