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El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas: «Trabajo de forma visceral y eso se nota mucho en el resultado final»

Las ‘Faro’ hoy en día ya están en el set de muchos de los mejores profesionales del país

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas / Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

Cuando en 1992  Simón Sierra Cañas empezó a tocar la batería con el mítico grupo felanitxer Hijos de Matxín y a trabajar en la herrería familiar, nunca pensó en hacer del diseño y construcción de cajas su vocación. Hoy las Faro ya están en el set de muchos de los mejores profesionales del país, estudios de grabación incluidos. Este próximo sábado organiza el Faro Day en el conservatorio local, a partir de las 11h.

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas / Sebastià Sansó

¿En qué momento la pulsión del ritmo entra en su vida?

La batería me gusta desde que era pequeño. Mi padre también era músico aficionado, así que algo influyó. De todas formas el primer recuerdo que tengo de querer tocar de verdad fue durante una procesión de Semana Santa, ver esos tambores en directo. Aunque siempre había sido el típico niño con buen sentido del ritmo que siempre tocaba lo que tenía a mano, desde un cubo a un recipiente de detergente.

¿Es complicado aprender a disociar ritmos diferentes?

Los baterías ya no nos damos cuenta. Te sale automático, como el hecho de conducir. Los hay que pueden llegar a disociar hasta cuatro ritmos distintos al mismo tiempo.

¿Recuerda ese primer amor?

La primera batería me la compré a los catorce años, después de trabajar todo un verano en la herrería familiar con mi padre. De hecho todavía sé dónde está y pienso restaurarla.

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas / Sebastià Sansó

¿Qué le lleva a querer diseñar y fabricar usted mismo sus propias cajas?

La idea nació en 2016 de la necesidad personal de tener una caja de madera, de saber cómo sonaría. Siempre las había tenido de metal, que suenan de otra forma y suelen ser más comunes. Muchas veces incluso, aunque la apariencia exterior sea de madera, en realidad se trata de un laminado. Decidí que no la quería comprar sino que me la fabricaría yo mismo con staves, es decir con trozos verticales de madera unidos con cola que poco a poco van formando un círculo, al estilo de los toneles por ejemplo.

¿Costó?

Aquí no había luthiers que se dedicaran a ello, no hay un gremio de constructores de baterías; así que primero tuve que consultar por internet. Tenía todas las dudas del mundo… Al final pude asesorarme con profesionales de la península, ingenieros sobre todo. Nunca he sido de esos baterías que deshacen su instrumento para saber cómo y de qué está compuesto. Simplemente cambiaba los parches cuando era necesario. Fue todo un poco cúmulo de casualidades, la verdad. Tampoco soy carpintero ni tenía un torno en esos momentos. Así que fui a un tornero de Felanitx, Pedro Albons, y le dije exactamente lo que quería… ¡y al final en vez de una hicimos tres!

¿De qué características?

El diámetro más común para una caja de batería son 14 pulgadas, aunque también las hay de 13 y de 15, pero digamos que el 80% son de la medida estándar. De profundidad suelen tener 7 pulgadas. Sin querer, los primeros modelos nos salieron de 6,75, así que como eran para mí los dejamos así. Ahora esa se ha convertido en la medida Faro [sonríe].

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas

El músico y fabricante artesanal de cajas de madera, Simón Sierra Cañas / Sebastià Sansó

Hábleme del logo de la marca

El logotipo, que representa el faro de Portocolom, es obra de Luis Aguilar. Yo vivo allí, así que era una estampa elegida, icónica. Muchas veces voy caminando hasta el faro solo para sentir esa tranquilidad que me aporta. De hecho no descarto trasladar allí el taller y abrir un pequeño portal de venta.

Volvamos a la manufactura. Esas tres primeras cajas ¿sonaron bien?

Ciertamente podían haber salido mal y sonar fatal… pero sorprendentemente conseguí un sonido buenísimo, diferenciado de las demás cajas que conocía. Así que decidí hacer alguna más y ponerlas a la venta. Me las compraron todas. Algunas de las Faro están en sets de batería que ni me hubiera imaginado cuando empecé, Toni Toledo de Sexy Sadie tiene una, Jesús Antúnez de Dover, el batería de Fito y Fitipaldis, el de Izal…

¿Cómo se da a conocer?

Desde entonces he ido organizando unos Faro Days, pero nunca con la intención clara de vender, sino para que los profesionales que quieran puedan probar cómo suenan las cajas que fabrico. A partir de ahí es cierto que me interesa vender, más que nada para reinvertir en maquinaria, materiales y poder amortizar el proyecto. De hecho no suelo tener stock, sino que voy por demanda. Reconozco que por mi negocio soy buen comercial y he montado un whatsapp donde están cien de los mejores baterías de Mallorca [sonríe].

¿Qué maderas utiliza?

Básicamente nogal y roble, aunque también he probado con bubinga y wengué. Después se recubren con aceite chino de Tung. El éxito y el sonido también depende sobre todo de la densidad, eso marca lo que se denomina la nota fundamental. Si las cajas metálicas tienen un sonido más de campana, más ácido, las de madera no vibran tanto. Es una decisión que depende del sonido que quiera conseguir cada músico, de cómo le pegue, del rango de afinación…

¿Qué le hace diferencial?

Que no hay otras iguales, que son únicas porque están hechas con las manos. La forma de hacerlas es muy visceral, en el sentido que al no dedicarme a ello profesionalmente, sólo trabajo en ellas cuando me siento inspirado y feliz, y eso se nota mucho. Hay detalles como la tornillería que también son muy importantes, que sea inox y de calidad. El bearing edge de las Faro también es diferente, digamos que la circunferencia donde se coloca el aro y el parche tiene un filo centrado y no tanto en ángulo como suele ser habitual.

¿Alguna crítica?

No, porque tampoco vendo motos. Pasan muchas pruebas antes de venderlas. De momento ningún batería me ha dicho que no le gusta cómo ha quedado, aunque siempre estoy abierto a sugerencias, porque es la manera de mejorar.

Ahora incluso se ha lanzado a fabricar una batería entera…

Pensé que si podía fabricar cajas también podría diseñar y hacer una batería entera. Así que me puse a ello y aquí está. Será la que llevaré el próximo sábado al Faro Day que organizo en el conservatorio de Felanitx a partir de las 11h, y donde los baterías que quieran podrán probar si les gusta lo que hago y preguntarme cualquier duda.

Parte de los beneficios los dona, ¿es así?

Eso es. Entre un 5 y un 10% del dinero de cada caja vendida va a parar a entidades solidarias, al Banc d’Aliments de Mallorca o a Ayuda Efectiva, por ejemplo.

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