LLETRA MENUDA

Lección de convivencia en el patio

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Si el patio escolar no admite actividad más allá de su limitado horario lectivo y, mientras, la ciudad, pese a los avances peatonales de los últimos tiempos, permanece presa del asfalto y el tráfico, lo lógico es que el infrautilizado espacio de recreo se abra a las gentes para suplir el déficit de plazas y jardines. Además, con ello, los escolares ganarán en sombra y mobiliario urbano polivalente en estos tiempos en que el sol se muestra insaciable.

Algo tan sencillo y práctico va siendo descubierto por unas administraciones municipales demasiado acostumbradas a la gestión de compartimentos estancos. Lo acaba de hacer el Ayuntamiento de Manacor en una iniciativa que también tiene algo de adaptación y vuelta a los orígenes, porque en algunos pueblos existen precedentes de uso de patios escolares para actividades diversas.

Con la medida que se implanta de forma progresiva en la decena de colegios públicos de los núcleos urbanos de Manacor, las lecciones prácticas de socialización y convivencia podrán darse en los patios. No está mal en un lugar en el que la multiculturalidad tiene terreno ganado y necesita respeto en forma de interconexión.

Con patios abiertos en busca de la aconsejable ciudad amable habrá también, se supone, mayor presencia de Policía Local porque las calles y plazas acogedoras y cómodas deben regularse con patrones de seguridad. Ya se sabe que el vandalismo y otras alteraciones tienen la mala costumbre de infringir sus códigos.

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