Banyalbufar: La finca de Son Valentí será el segundo hotel de lujo de Richard Branson en el municipio

La ‘possessió’ de Son Valentí de Banyalbufar, propiedad del magnate británico Richard Branson, se transformará en un hotel de lujo en el plazo máximo de dos años y medio. El ayuntamiento de la localidad de la Serra de Tramuntana otorgó a finales del pasado mes de enero la licencia de obras necesaria para iniciar los trabajos que convertirán el casal de origen medieval en un selecto establecimiento hotelero que contará con una quincena de habitaciones. Será el segundo hotel de lujo que el multimillonario fundador de Virgin tendrá en Banyalbufar después de la finca de Son Bunyola, que abrió el pasado verano.

La alcaldesa de Banyalbufar, Leonor Bosch (El Pi), confirmó ayer que a finales de enero firmó el decreto que concede la licencia para llevar a cabo las obras después de que el proyecto hotelero «haya superado todos los informes de los organismos supramunicipales». El decreto otorga un plazo de seis meses para iniciar las obras y un máximo de 24 meses para ejecutarlas totalmente siempre que la propiedad no solicite una prórroga. Así, en principio en el plazo de dos años y medio como máximo el hotel deberá estar finalizado.

Bosch explica que la tramitación administrativa tanto del proyecto de Son Valentí como de Son Bunyola se llevó a cabo de forma conjunta, aproximadamente en el año 2016. De hecho, obtuvieron el interés general del Consell de Mallorca en el año 2021. Richard Branson optó por ejecutar primero la obra de Son Bunyola y, una vez en funcionamiento el hotel, iniciar el segundo proyecto en Son Valentí, que ahora ya tiene el visto bueno de la Administración.

Impacto positivo

La alcaldesa de Banyalbufar explica que la creación de estos hoteles de lujo en el municipio genera un impacto económico muy positivo para el comercio local. De hecho, el Ayuntamiento votó a favor de conceder el interés general a los dos proyectos presentados por Richard Branson.

El hotel de Son Bunyola abrió sus puertas el pasado mes de junio. Leonor Bosch asegura que en agosto «empezó a notarse» la llegada de turistas de elevado poder adquisitivo que «vienen al pueblo a comer o cenar», así como a pasear, por lo que las tiendas del pueblo se ven favorecidas por las visitas. «Es un turismo respetuoso con el medio ambiente que viene a disfrutar del paisaje y la tranquilidad», añadió la regidora.