Lletra menuda: La subsistencia se labra en el asfalto

Llorenç Riera

Llorenç Riera

En la sociedad de hortalizas y verduras en la estantería del supermercado y ante una Administración transformada en plaga burocrática, la existencia de la agricultura insular topa con la sequía de verse obligada a labrar su existencia sobre el asfalto. En los próximos días ya se verá si sobre los indignados surcos abiertos ayer se ha depositado abono suficiente para que germine la necesaria reconversión de supervivencia.

Los tractores tomaron Palma en una manifestación que tuvo poco de festiva. Los payeses no van de pamplinas a Ciutat, ayer fueron en busca de la gestión definitiva que les pueda librar de las malas hierbas del papeleo estéril en despacho árido y de la competencia extranjera de trámite fácil. En el atasco, conductores comprensivos y tolerantes y sobre la acera, ciudadanos solidarios y políticos variopintos con la misma actitud del señor de la possessió que va a recoger su parte de la cosecha. No hay nada más interesado que un cargo político. Palmaditas en la espalda para cultivar adhesión partidista, incluso entre agricultores desesperados y oportunidad para dejar claro que las plagas más letales vienen de Madrid y Bruselas. La conselleria de Agricultura es un vergel de buenas prácticas.

Hubo pocas palabras pero contundentes, con margen para la socarronería propia de quien se ha curtido en el esfuerzo. Se ha hecho una siembra vital para recolectar un pacto agrario. En ello va la subsistencia.