El vidrio soplado, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco | Mar Aldeguer Palou Copropietaria de la fábrica de vidrios Gordiola de Algaida

El vidrio soplado, Patrimonio de la Humanidad | "La declaración de la Unesco es un reconocimiento a nuestra trayectoria y a la labor de mis padres"

Mar Aldeguer, copropietaria de la fábrica de vidrios Gordiola, destaca que se dedican a la "alta artesanía de calidad"

Mar Aldeguer Palou es, junto a sus cuatro hermanos, copropietaria de la fábrica Gordiola.

Mar Aldeguer Palou es, junto a sus cuatro hermanos, copropietaria de la fábrica Gordiola. / M.A.

Joan Frau

Joan Frau

Mar Aldeguer Palou, diseñadora de joyas y copropietaria junto a sus cuatro hermanos de la fábrica de Vidrios Gordiola, cuya técnica ancestral ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, expresa en esta entrevista su satisfacción por un reconocimiento que, según espera, supondrá un impulso para el mantenimiento de esta tradición en el futuro. Fundada en 1719, Vidrios Gordiola ha visto pasar hasta ocho generaciones que han mantenido la fabricación artesanal de vidrio soplado, ahora reconocida a nivel mundial.

-¿Qué supone para la marca este reconocimiento de la Unesco?

-Significa muchísimo porque es un reconocimiento a toda nuestra trayectoria, a la labor de mis padres, y sobre todo también significa haber podido continuar con un arte milenario que a día de hoy es muy difícil de mantener frente a toda la industrialización que nos rodea. Como comprenderá, es algo que es muy pasional y debería ser una seña de identidad ya para siempre como algo para valorar mucho por el turismo para venir a nuestras islas, entre otras cosas.

-¿Esta declaración supondrá un impulso más para esta tradición ancestral?

-Yo espero que sí, porque todo lo que se comunica existe, y esto al final es una manera de darnos a conocer más. Nos conocía mucha gente pero es verdad que al turismo que viene solamente se les explicaba que había mucha playa y mucho sol, además de mucha juerga, pero los temas culturales son importantes y deben valorarse y transmitirse para que el turismo acceda a venir a nuestras islas. Yo creo que esto va a suponer un impulso.

-En una pasada entrevista usted lamentaba que esta tradición artesanal no recibía ayudas institucionales. ¿Cree que esta declaración patrimonial puede suponer un punto de inflexión en este sentido?

-Bueno, eso nunca lo sabemos. Ahora al menos el Ministerio de Cultura nos ha apoyado y siempre es de agradecer cualquier apoyo. Espero que sí, que ahora nos apoyen más y que se den cuenta de que estas tradiciones se mantiene a base de esfuerzo y dedicación de todos o por el contrario es muy difícil de mantener por una empresa familiar.

-¿Es difícil encontrar gente especializada que conozca esta técnica?

-Es muy difícil. Hay muy pocas fábricas y entonces y muy poca especialización. La gente que se dedica a esto son artistas. Hay muy pocos artistas del vidrio.

-¿Dónde se comercializan sus piezas?

-Nosotros prácticamente todo lo vendemos a través de la fábrica que tenemos en Algaida. Suelen venir directamente a comprar. También, la verdad es que hacemos muchos proyectos en hoteles, instituciones y distintos sitios. Hay familias que desde hace muchísimo tiempo valoran nuestra artesanía. Yo siempre he pensado que hay que distinguir entre lo que es alta artesanía de calidad como es la nuestra y una artesanía más casera. La palabra artesanía engloba a todo lo que se hace manualmente, pero nosotros hacemos una alta artesanía.

-¿Qué piezas constituyen la joya de la corona de sus creaciones? ¿Qué productos se venden más?

-Bueno, las cristalerías y la iluminación. Básicamente es lo que nos distingue mucho.

-¿Qué clientes de renombre puede citar?

-Casas reales, los Obama, que vinieron recientemente y adquirieron varias cristalerías. Muchísima gente: actores, actrices, diseñadores de moda, tenemos muchísimos clientes.

-¿La declaración de la Unesco garantiza el futuro de la fábrica de vidrios Gordiola?

-Ojalá. Esto no se puede saber. Este tipo de declaraciones y reconocimientos está muy bien, pero luego tiene que venir la gente a visitarnos y valorar nuestro arte y comprar. Es muy importante que las nuevas generaciones vean cómo se hace porque el proceso de fabricación hace entender los precios. Mucha gente se piensa que es caro porque lo compara con una cosa hecha por una máquina. Pero no tiene nada que ver, es como un cuadro, que lo puedes pintar con un spray o lo puede pintar un artista. Por ello, ver el proceso, que es muy laborioso, muy complicado, hace que la gente lo valore. Cuando la gente lo ve hacer, se queda fascinada.