Lletra menuda | Clarificación del espacio público

Llorenç Riera

Llorenç Riera

La disputa sobre los usos y titularidad de la Quintana Comuna de Binifauvell no es la primera ni será la última que afecte al choque entre propiedad privada y pública en Mallorca. Todo hace pensar que irán a más porque estamos en una época crucial en el que muchas tierras cambian de propiedad y, en general, los compradores proceden de culturas ajenas a la historia, los derechos adquiridos y el fuero legislativo propio del lugar que adquieren. De ahí la importancia del momento actual para la clarificación capaz de delimitar el patrimonio colectivo. No será posible si las administraciones públicas dejan de lado su responsabilidad de acotar con claridad lo que corresponde al uso y disfrute de todos.

La verdad es que se están viendo demasiados titubeos en este sentido por parte de los ayuntamientos de Mallorca.

No es el caso de Sencelles, por lo menos en lo que afecta al equivalente a la plaza del minúsculo llogaret de Binifauvell, su Quintana Comuna. Control municipal y rigor de investigación histórica de la mano de Gaspar Valero han despejado dudas y desconocimiento dando vía libre a los trámites para inscribir como terreno comunal no restringido solo para los vecinos, la Quintana Comuna y otra pequeña plaza de Binifauvell. Queda abierto otro motivo para recorrer la singular geografía de llogarets que dan identidad al municipio de Sencelles.

Este caso es uno más de los que invitan a tomar conciencia sobre el valor del patrimonio público, un legado del pasado que debe garantizarse para el futuro. Cada vez que una valla o un candado particular invade bienes colectivos, esta isla no solo se vuelve un poco más pobre en lo material, también lo hace en valores culturales y se debilita para afrontar los vendavales del futuro.

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