Lletra menuda: Desclasificar es caro, largo y confuso

Imagen general de Cala Tuent.

Imagen general de Cala Tuent. / Joan Mora

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Con las Administraciones de por medio, las inseguridades y las improvisaciones salen muy caras y no solo en términos económicos. Ya lo sabíamos, pero la nueva sentencia del TSJB sobre Cala Tuent no hace más que confirmar que la agonía de la inseguridad, en términos urbanísticos, es casi eterna y obliga, otra vez, a poner mano en el bolsillo de todos para saldar la alegría política de unos y otros.

Sí, hay que preservar el medio natural sobre todo en determinados lugares de esta isla castigada, como la Serra, pero hacerlo primero autorizando una urbanización, después declarando una moratoria y luego desclasificando, no son maneras. Es un mal que se hubiera erradicado con un mínimo de consenso y planificación elemental en cuestiones clave como el planeamiento urbanístico de la isla y el establecimiento previo de sus áreas de protección.

Las constructoras también se merecen respeto y seguridad pero, aquí, quienes ocupan turno de poder en el Consolat de Mar o Palau Reial tienen preferencia por deshacer lo realizado por el anterior.

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