Lletra menuda: Una impotencia desesperada

Cortan la carretera de la Serra en protesta por las carreras de motos

Cortan la carretera de la Serra en protesta por las carreras de motos / Manu Mielniezuk

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Desde siempre se ha identificado al carácter mallorquín con una cierta pasividad, una resignación basada en la desconfianza y el escepticismo ante casi todo lo público. Es una actitud muchas veces justificada por el comportamiento de las instituciones, lo cual no significa que los afectados por el abandono renieguen por principio de sus derechos y dignidad o del simple y elemental bienestar en su entorno cotidiano.

Si los vecinos del tranquilo Banyalbufar han sido capaces de salir a la calle y cortar la carretera a las bravas significa que algo grave está pasando. Ya lo sabíamos, porque el problema es viejo, ruidoso y fuente de peligro pero, agotadas las vías de la normalidad, la irrupción vecinal se manifiesta ahora como clamor reivindicativo. Habrá más, con efecto sorpresa, según anuncia la plataforma Indignats M-10.

Sigue sin despejarse una gran incógnita. Si hay un código de circulación en vigor y unas normativas que velan por la protección de la Serra, porqué no se aplican en este caso, cuando sí lo hacen en otros aspectos y lugares de Mallorca.

Resulta complicado hallar sentido al anuncio de reunión de las autoridades con los vecinos cuando ya ha habido otros encuentros infructuosos del mismo modo que no se entiende, ante la denuncia del GOB, el silencio del organismo de la Unesco que debe vigilar el cuidado de lugares protegidos.

Las carreras exageradas de motos en la Serra y sus derivados son un peligro de consecuencias crecientes incluso para los propios motoristas. Los residentes en Banyalbufar han puesto en circulación su impotencia desesperada. Aún con ello, existe escepticismo sobre si tal manifestación será espoleta suficiente para que, quienes deben hacerlo, actúen.

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